El 3 de octubre de 2021, una investigación periodística de gran tamaño del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación destapó el mayor escándalo sobre evasión fiscal de los últimos años, los papeles de Pandora. Se trataba de un nuevo capítulo, esta vez a gran escala, de cómo multinacionales y grandes fortunas usaban los resquicios que permite nuestra legislación para ocultar y aumentar su riqueza a costa del conjunto sociedad. La lista reveló nombres de líderes mundiales, políticos, empresarios y oligarcas.

Un año después de esta filtración sin precedentes, algunos gobiernos siguen bloqueando algunas de las leyes europeas más importantes que permitirían poner coto a estas prácticas. Ahora que se ha disparado el coste de la vida en la UE, a raíz de la inflación y el golpe económico de la guerra, estas medidas son más necesarias que nunca. El escenario actual requiere de decisiones fiscales radicales. Hace tiempo que en Europa tenemos un menú identificado (pero bloqueado) que hoy debería convertirse en prioridad absoluta.

En primer lugar, hay que hacer un ejercicio útil y certero de identificación de las jurisdicciones que permiten la elusión a gran escala. La "lista negra" actual no sirve por su excesiva politización. Los Verdes/ALE en el Parlamento Europeo hace años que pedimos una reforma integral de la misma. Identificar bien las jurisdicciones, y ejecutar sanciones ejemplificadoras contra las mismas, es un camino indispensable para empezar a frenar la piratería.

En segundo lugar, la Unión Europea debe prohibir las sociedades pantalla, uno de los instrumentos más utilizados para la elusión. En estos momentos nos encontramos en pleno trámite legislativo de la nueva directiva europea que las regulará. Necesitamos un texto legal lo más ambicioso posible, y en ello trabajamos. Aquellas sociedades que no tienen una actividad económica demostrada y que solo son utilizadas como vehículo de la elusión deben desaparecer. Esa debe ser la principal prioridad de la nueva directiva que tenemos en camino.

En tercer lugar, los Estados miembros de la UE deben aprobar inmediatamente la directiva sobre el impuesto mínimo efectivo de las multinacionales. Este expediente, que se encuentra bloqueado en el Consejo por culpa de Hungría, debe aprobarse mediante la llamada cooperación reforzada si fuera necesario, sorteando así la unanimidad. No podemos permitir que este acuerdo global, tan necesario y difícil de alcanzar tras años de negociación en la OCDE, descarrile por culpa de los europeos.

En cuarto lugar, reforzar nuestra legislación contra el blanqueo. El Parlamento y el Consejo se encuentran en pleno trámite legislativo de una reforma de la Directiva y Reglamento contra el blanqueo de capitales, que llevará a la creación de una agencia europea de lucha contra el blanqueo. Es el momento de dar los máximos poderes de investigación y supervisión a esta agencia, reforzando nuestro marco legal hoy plagado de inconsistencias.

Estas cuatro medidas, algunas de las cuales ya están en marcha y que con voluntad política podrían aprobarse en en los próximos meses, permitirían avanzar de una manera muy significativa en la justicia fiscal. No perdamos más el tiempo. Europa debe demostrar que ha aprendido algo de los escándalos fiscales como los Papeles de Pandora y actuar ahora, no mañana.