Otras miradas

Nos hemos olvidado de lo cerca que estamos

Xavi Ferrer

Activista municipalista

Nos hemos olvidado de lo cerca que estamos
La ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant; la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra; la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, posan durante la II edición de los Reconocimientos Arcoíris por el Día Internacional del Orgullo LGTBI, a 27 de junio de 2022, en Madrid (España).- EUROPA PRESS

Nos hemos olvidado un poco de lo cerca que estamos. Parece que tiene sentido recuperar la obviedad de que estamos en el mismo barco. Como área política, estamos en una situación complicada, con al menos dos grandes retos para las elecciones del próximo año: que nuestras candidaturas no pierdan posiciones, o incluso que avancen y recuperen terreno; y que el PP no gobierne de ninguna forma, sea en solitario, con Vox o con el PSOE.

No nos podemos permitir que el dolor que nos hemos causado mutuamente no nos permita tomar la decisión de acercarnos a dialogar. Ahora tiene sentido intentar, en cada nivel y en cada lugar, ponernos de acuerdo en cuál es la mejor estrategia, siendo todas generosas y aceptando la correlación de fuerzas actual, la historia y todas las variables que se dan en cada uno de los contextos. Para ello, si algunas personas son más un impedimento para el diálogo que facilitadoras de este, lo mejor sería que no sean ellas quiénes lideren este proceso.

En lo concreto, parece que tendría sentido una candidatura unitaria a nivel estatal con Yolanda Díaz como líder del proceso y cabeza de lista, aprovechando el buen trabajo que está haciendo en el ministerio. A nivel de comunidades autónomas, podríamos aprovechar que en la mayoría de ellas no tenemos más de una candidatura de nuestra área política, para aglutinar fuerzas en torno a ellas; sí que habrá que hacer negociaciones en algunos lugares, pero en muchos de ellos es bastante obvio alrededor de quién hay que hacer piña, siendo en la mayoría de los casos Unidas Podemos el espacio que aglutina más fuerza, y dejando el resto a las organizaciones que tienen una presencia consolidada mayor. Ejemplos podrían ser Catalunya en Comú Podem en Catalunya, Más Madrid en la Comunidad de Madrid o Compromís en el País Valencià. A nivel local, la misma lógica: intentar que el espacio más potente y que tenga más posibilidades de obtener un buen resultado, lidere el diálogo, y aglutine en su candidatura al resto de fuerzas; o cree un espacio nuevo confluyente. Ejemplos podrían ser, Zaragoza en Común o Adelante Cádiz. Obviamente, no es tan fácil aplicar la lógica y el sentido común en términos generales, y el espacio unitario no debe ser una condición impuesta: hay sitios donde no se podrá conseguir porque se necesita más tiempo para crearlo o reconstruirlo, o por otras razones, y eso hay que aceptarlo también. En esos casos, sin que haya una estrategia común de las diferentes candidaturas, sí sería deseable que se plantee un espacio de diálogo en que nos comprometamos a no atacarnos mutuamente y a evitar crecer a costa del otro.

Lo que no tiene sentido es que por tener estructuras diversas y no una organización centralizadora que aúne toda nuestra área política, no seamos capaces de coordinarnos y sacar el máximo beneficio a las similitudes y afinidades que tenemos. Queda para más adelante y separado de los tiempos electorales, abrir un diálogo entre partidos, candidaturas y movimientos para pensar conjuntamente sobre esa cooperación. Ahora lo importante es que dialoguemos de forma constructiva, honesta y pragmática, pensando en el momento político que abren las próximas elecciones. 

Tenemos la amenaza de una derechización creciente y la oportunidad de unirnos para frenarla. Si respetamos el derecho a existir de todos los grupos, partimos del peso proporcional de cada uno, y dejamos de lado nuestros dolores y sensaciones de justicia o injusticia, probablemente podamos ayudar a que esto suceda. Si lo hacemos, además de demostrarnos a nosotras mismas que somos capaces de aprender de errores del pasado, es posible que consigamos que más personas e iniciativas vean en esta decisión la responsabilidad y la altura política que les falta para ilusionarse con nosotras. Tenemos la posibilidad de recuperar la generosidad, empatía y humildad que en 2014-15 animaron e integraron a tanta gente. ¡Hagámoslo!

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