Otras miradas

Auditoría ciudadana, una herramienta contra el miedo

Sònia Farré

Candidata por Barcelona de En Comú Podem

Austeridad, privatizaciones, desahucios, chantajes, xenofobia, racismo, muros,.. esta es la Europa que estamos sufriendo. Este es el plan ante la crisis, su plan A, que están imponiendo los poderosos. En una época en que todo vuelve, también vuelve el TINA, la estrategia de Thatcher para desarmar a los movimientos populares y obreros que plantaron batalla contra el giro neoliberal. La victoria del neoliberalismo pasó por desmoralizar al conjunto de la población e implantar un mensaje claro: no había ninguna alternativa fuera de las grandes privatizaciones de los derechos conseguidos por la lucha social del siglo XX. Las élites políticas y económicas de hoy han optado por tratar de imponer la incertidumbre y el miedo a las alternativas que se levantan ante el ahogo en que nos tienen a todas metidas. La necesidad de construir una alternativa a la realidad existente no es un voluntarismo ideológico, es una urgencia social que cada día que pasa se va abriendo más espacio en la sociedad.

Y es que en esta Europa fortaleza, también está la Europa de los pueblos. Voluntarios anónimos en los campos de refugiados, mujeres que resuelven las situaciones dramáticas de la crisis en los hogares, la Francia rebelde que se pone en pie ante una reforma laboral antisocial, el pueblo griego que en referéndum fue capaz de decir no al chantaje, personas comunes que ante los desahucios defienden el hogar de otras con sus propios cuerpos... Existe una Europa que ante las políticas del miedo no flaquea. Esas personas, esas experiencias, son el poso imprescindible para una alternativa al ahogo. Los poderosos lo saben y también nos empiezan a tener miedo.

En el conjunto del Estado Español, desde los movimientos sociales, en los últimos años, hemos sido capaces de generar consensos en torno a las medidas de la PAH, la impugnación a las prácticas corruptas de los partidos del régimen o una defensa de la sanidad y la educación públicas que hoy llevamos en nuestros programas políticos. Los desahucios nos daban miedo hasta que generamos herramientas colectivas para empezar a hacerles frente. El miedo es la reacción ante una situación en la que te ves privado de herramientas para afrontar y hoy día a la gente le da miedo hablar de la deuda. Esto es lo que ha hecho el neoliberalismo en las últimas décadas: despojarnos de todas las herramientas para instalarnos en el miedo.

Es por eso que hay que generar herramientas que democraticen la economía: abriendo las cuentas con transparencia real y facilitando la participación activa de la ciudadanía. La economía no es sólo una cosa de expertos; la economía, como la política, o nos la hacemos, o nos la hacen. Nos afecta a todas y cada una de nosotras, la practicamos diariamente y o bien, nos hacemos cargo colectivamente o se harán cargo interesadamente des de arriba. Herramientas democratizadoras como, por ejemplo, las auditorías de la deuda con participación ciudadana son necesarias para conocer y socializar qué se ha hecho con el dinero y determinar si hay ilegitimidades de la deuda y decidir qué estrategias queremos llevar a cabo en un futuro. Son herramientas generadoras del empoderamiento ciudadano imprescindible para romper tabús, apartar el miedo, generar consensos y construir una alternativa a la austeridad. Deberíamos ser capaces de explicar que las deudas se han condonado, se han hecho quitas e impagos a lo largo de la historia. Explicar también que incluso des de la Troika se hacen declaraciones diciendo que los pueblos de Europa no podrán asumir el conjunto de la deuda o que la austeridad no nos está sacando de la crisis.

El miedo no lo tendremos que vencer solas, seguiremos tejiendo alianzas desde la fraternidad con otros países, otros colectivos sociales y políticos para acabar con los chantajes. Todo eso hay que decirlo para desterrar las políticas del miedo. Sólo tenemos que tener miedo a no revertir las políticas antisociales y xeonófobas que está tomando la UE y los gobiernos de los países miembros. Y es que para este 26J lo que da más miedo es la firma de Rajoy rindiendo pleitesía ante Junker y sus 8 mil millones de recortes.

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