Otras miradas

¿Podemos sumar?

Víctor Pérez-Guzmán

Analista político y social en 40dB

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, interviene durante la presentación de su proyecto 'Sumar'. -Jorge Gil / Europa Press
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, interviene durante la presentación de su proyecto 'Sumar'. -Jorge Gil / Europa Press

Tristemente, en política, hay ocasiones donde partidos y ciudadanía tienen voluntades enfrentadas. O, sino enfrentadas, al menos, no compatibles. Los partidos, que deberían funcionar como instrumentos para canalizar las demandas sociales, acaban teniendo su propia agenda, que pueden coincidir o no con las de las personas que representan. Según la última encuesta de 40dB, entre los votantes a la izquierda del PSOE hay consenso en que la mejor opción es acudir a las elecciones generales en una sola candidatura.

Ahora bien, aunque este escenario es el que maximizaría la representación de este espacio político, no hay ninguna seguridad de que finalmente se vaya a producir. Existen tensiones obvias entre los dirigentes de Podemos y Yolanda Díaz, que encabeza el proyecto de Sumar. Y, en caso de que Podemos y Sumar concurrieran de forma independiente a las elecciones, la nueva formación no lograría cooptar por completo al electorado de Podemos. Actualmente, aproximadamente un tercio de quienes votaron a UP en 2019 seguirían apoyando a Podemos frente a un cuarto que cambiaria su voto a Sumar. El resto de los votos se repartirían entre Izquierda Unida (11,1%), el PSOE (9%), otras formaciones (8,3%) y quienes aún no han decidido su voto o declaran que se abstendrán (13,5%).

1. Transferencia de voto de Unidas Podemos

Pero ¿qué puede motivar la división en la oferta partidista? En este artículo se pretenden explorar tres hipótesis que explicarían las razones para que, finalmente, Sumar y Podemos se presentaran a las elecciones de forma independiente. Las hipótesis son las siguientes: que hubiera diferencias en los electorados que representan ambas formaciones; contrastes ideológicos sustantivos en sus programas; o disputas en el liderato del espacio político que encarnan. Para comprobarlas se han filtrado los datos de la encuesta de 40dB, quedándonos con los votantes de Unidas Podemos en 2019 y dividiendo esta muestra entre los que, en un escenario dividido, se mantendrían fieles a Podemos y los que cambiarían su voto a Sumar. Veamos en qué sentido apuntan los datos.

2. Distribución por sexo y edad de los votantes de UP

La hipótesis de la representación se basa en la idea de que Podemos y Sumar serían atractivos para diferentes perfiles sociodemográficos. A tenor de los datos, Podemos conseguiría retener mejor a los grupos de edad más jóvenes (66,7%), a las mujeres (59,6%) y las personas que viven en grandes municipios (57%). Atendiendo a la clase social, es especialmente significativa la fuga de votantes que habría de UP a Sumar entre las clases sociales altas y media-altas (58,5%). Habiendo comprobado, además de las señaladas, otras variables como educación, composición familiar o el lugar de residencia, parece que la fuga de votos es bastante transversal por cuestiones sociodemográficas.

3. Distribución por tamaño de hábitat y clase social de los votantes de UP

Otra hipótesis que explicaría la división en la oferta partidista a la izquierda del PSOE sería que se distinguieran notables diferencias ideológicas o divergencias en las demandas y preocupaciones dentro del cuerpo electoral. Por cuestiones ideológicas y de preferencias en la organización territorial, no se aprecian diferencias relevantes. El electorado que votaría a Sumar es en media algo más centrado (2,4 sobre 10 en la escala ideológica) que el que permanecería fiel a la marca morada (2,2). Por el contrario, los nuevos votantes de Sumar están más cerca de la posición que representa la máxima descentralización del Estado (3,2 sobre 10) que los que se mantendrían en Podemos (3,4).

Si nos centramos en los problemas, apenas se pueden apreciar contrastes en las preocupaciones entre los votantes que apoyarían a Sumar y Podemos. Ambos electorados están más preocupados que la población general por la inflación, las desigualdades sociales y el cambio climático, y menos por temas como la inmigración y la guerra de Ucrania. Concretamente, a quienes apoyarían el proyecto de Yolanda Díaz les inquieta especialmente la dependencia energética. Entre los que seguirían votando a Podemos, el paro y las desigualdades sociales preocupan, comparativamente, en mayor medida.

4. Preocupaciones de los votantes de UP

Por último, se puede plantear la aparición de Sumar como un mecanismo de salida ante la incapacidad orgánica de Unidas Podemos de transformarse o adaptarse a las demandas internas de su electorado. Presentar dos candidaturas distintas sería la escenificación de una disputa interna, no sólo por el liderazgo en el espacio, también por el control del aparato. Como hemos visto, probablemente las demandas no fueran cuestiones programáticas, ideológicas o de fondo sino más bien de forma y estratégicas.

Es complicado profundizar en esta hipótesis, al menos únicamente a través del análisis de esta encuesta. Para ello habría que preguntar a quienes prefieren Sumar antes que Podemos qué es lo que les resulta atractivo; ¿la propia Yolanda?, ¿su tono discursivo?, ¿el proyecto que plantea?, o incluso qué no les convence de Podemos: ¿no les ha gustado su gestión política? ¿No les convencen los líderes?

Sin embargo, sí encontramos algunos datos que evidencian dos actitudes. Por un lado, cierto rechazo de los votantes que apoyarían a Sumar hacia la marca de Podemos y sus líderes. Y, por otro lado, un porcentaje relevante de votantes de Unidas Podemos que no solo es leal a la marca, sino también a sus líderes y referentes mediáticos: Pablo Iglesias, Ione Belarra e Irene Montero.

Profundizando en el apego por las marcas, el 89,8% de los que se mantendrían fieles a Podemos declaran que es el partido por el que más simpatía sienten. Igualmente, de entre quienes votarían a Sumar, el 80,8% siente la máxima simpatía por esa formación. En cambio, cuando se pregunta por la formación que menos simpatía genera de los partidos a la izquierda del PSOE, mientras que entre los fieles a Podemos solo un 8,5% declara "Sumar", el 40,4% de los votantes de Sumar señalan a Podemos.

Algo parecido ocurre en la pregunta sobre la responsabilidad de que no se llegue a un acuerdo para acudir juntos a las elecciones. Mientras que entre el electorado que votaría a Podemos el 45,7% no sabe identificar de quién sería la culpa o la reparte a partes iguales entre todos los líderes políticos, entre los votantes de Sumar el 44,7% culparía a Pablo Iglesias, siendo esta la opción mayoritaria.

Centrándonos en los liderazgos, a Yolanda Díaz le queda más trabajo del que a priori podría interpretarse para convencer a un sector de Unida Podemos para que se sumen a su proyecto en caso de que el espacio quede finalmente dividido. Entre los votantes que se irían a Sumar, el 93,2% prefiere a Yolanda Díaz como presidenta del gobierno. En los fieles a Podemos, esa preferencia está mucho más repartida: Yolanda Díaz (40,9%), Pablo Iglesias (31,8%) e Irene Montero (16,7%). Un apunte metodológico para interpretar estos últimos datos: en esta pregunta de la encuesta, las diferentes opciones dentro del espacio de Podemos dividen el voto pero, en conjunto, superan la preferencia por Yolanda Díaz.

5. Preferencia de líderes de los votantes de UP

*El artículo utiliza datos basados en una submuestra pequeña pero que pueden ser útil para aterrizar algunas ideas y especular sobre tendencias y escenarios futuros.

Más Noticias