Otras miradas

Sí, decimos no al Nobel Obama y a su política exterior

Marina Albiol

Eurodiputada y responsable de internacional de IU

Marina Albiol
Eurodiputada y responsable de internacional de IU

Cuando se habla de Izquierda Unida hay cosas que no nos dejan de sorprender. Sobre todo si tenemos en cuenta el interés y la preocupación de algunos medios de comunicación, de tertulianos y los partidos del régimen del 78 por nuestra coalición electoral con Podemos. En esta reacción había una contradicción muy interesante.

Por un lado nos hacían pasar por unos comunistas imprescindibles en nuestra democracia, razonables y afables. Por algo casi folclórico. Por otro, insultaban y atacaban a nuestros candidatos y candidatas y a la coalición en sí misma por llevar consigo a los comunistas quema iglesias de siempre, a los del millón, dos millones, tres millones y hasta ocho millones de muertos, cifra que nunca deja de crecer. Obviamente, la preocupación no era que en el Estado español hubiera escasez de papel higiénico -cruel e ignorante comparación con la situación de Venezuela- si ganaba Unidos Podemos. El problema es que por primera vez el régimen del 78 y sus pilares estaban amenazados seriamente.

El problema es que IU siempre ha buscado la ruptura y en esta nueva etapa que se abre, con Alberto Garzón como coordinador federal, y con espacios de confluencia construyéndose en el Congreso de los Diputados, no vamos a renunciar a nuestra coherencia e historia. No deja de ser llamativo que de nuestro posicionamiento sobre la visita esta semana del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lo más reseñable para muchos haya sido que nosotras y nosotros nos oponíamos, mientras que Podemos no lo ha hecho frontalmente. Eso implica dos cosas: un desconocimiento total, voluntario o involuntario, del objetivo de Unidos Podemos, y un revisionismo de la historia de nuestra organización.

Podríamos hablar de que nuestra oposición a la visita de Obama tiene que ver con la connivencia de Washington con la dictadura de Franco o con que promocionara la sucesión al borbonato. Con esos acuerdos de amistad con el Estado español, de no injerencia en lo que se refiere a las violaciones de los derechos humanos, mientras que el dictador y su rey siguieran comprando armamento, mantuvieran las bases militares y sirvieran de contención a la Unión Soviética y más allá en el tablero Mediterráneo.

Lo hemos dicho muchas veces: EEUU nos quiso siempre y nos sigue queriendo para hacer de portaaviones de su Ejército y del de la OTAN, "esa creación para salvar los valores cristianos del monstruo rojo", como la definió una vez nuestro excoordinador Julio Anguita. Sí, en las movilizaciones del referéndum de 1986 contra la OTAN y las bases están algunos de los principios y motivos fundacionales de IU.

Podríamos también remontarnos a Allende, en realidad a toda Latinoamérica, a Vietnam, al adiestramiento y venta de armas a los talibanes en Afganistán, al apoyo irrenunciable a Israel frente a Palestina, a Marruecos frente al pueblo saharaui, al golpe en Irán, o a la caza de brujas. A tantas cosas, origen, causa y efecto de muchas de las crisis económicas, humanitarias y militares que ocurren hoy en el mundo. Pero no es necesario irnos tan atrás. Los ocho años de la Administración Obama son suficientes, porque no han sido, ni más ni menos, que la continuación de una política exterior expansiva y sangrienta.

Obama es el presidente que prometió cerrar la cárcel de Guantánamo en su primer año de legislatura para romper con la época de los horrores de Bush. Pero Guantánamo sigue abierto, con todas las lagunas legales intactas, manteniendo en su interior a casi un centenar de presos que, según el derecho internacional, están retenidos ilegalmente.

Guantánamo, un territorio ocupado por EEUU a Cuba, Estado hermano que sigue sometido a un bloqueo económico brutal por parte de ese presidente que, de momento, sólo ha restablecido las relaciones diplomáticas con La Habana.

Obama es el presidente de las ejecuciones extrajudiciales. Los ataques con drones en países como Pakistán, Afganistán, Yemen, Siria o Somalia han acabado, según los propios datos de la Casa Blanca, con la vida de 2.581 presuntos terroristas y de al menos 116 civiles. Ataques que, en ocasiones, acaban destruyendo hospitales o escuelas.

Terroristas, para Obama y el país que preside, como Chelsea Manning, que está en la cárcel por filtrar a WikiLeaks los documentos que probaban las atrocidades de EEUU y sus aliados en Irak. Por un vídeo en el que se muestra cómo soldados estadounidenses asesinaban a periodistas a sangre fría. Terroristas como Julian Assange, encerrado en la embajada de Ecuador en Londres desde 2012 por miedo a ser juzgado por ser el fundador de WikiLeaks.

Terroristas como Edward Snowden, perseguido por explicar al mundo gracias a sus filtraciones que EEUU, presidido por Obama, se dedicaba a espiar a todos aquellos a los que considera sus aliados. Y si hablamos de periodistas, Obama es el presidente de ese país que no ha desbloqueado la investigación por el asesinato de José Couso en el hotel Palestina a manos de militares estadounidenses durante la toma de Bagdad.

Obama es el presidente que lideró los bombardeos en Libia, que sacó a los soldados de Irak y que los ha vuelto a llevar allí. Es el presidente de las bases militares en Colombia y la desestabilización de Venezuela. Obama es el presidente de EEUU que tampoco ha acercado la paz a palestinos e israelíes. Obama es el presidente del TTIP.

Es el presidente de las operaciones de las fuerzas especiales en terceros países. Obama es el que impone unas sanciones desmesuradas a Irán por su programa nuclear, o a Siria, y que luego firma acuerdos con Irán y pretende dialogar con Bashar al Asad. Todo después de haber entrenado a los rebeldes que se convirtieron en Daesh y siembran el terror en todos los rincones del planeta.

Obama es el presidente que presume de haber frenado la carrera nuclear con Rusia y que al tiempo inaugura una segunda Guerra Fría, con la OTAN como punta de lanza de un dispositivo militar inaudito que usa como base el Estado español. Obama es ese Nobel de la paz preventivo que se ha paseado por Madrid para comprobar, antes de retirarse, que su portaviones está engrasado y listo.

Sí, decimos no al Nobel Obama y a su política exterior, porque en IU defendemos los derechos humanos, el respeto por el derecho internacional, la paz y la no injerencia en los asuntos de terceros países.

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