Otras miradas

¿Es conveniente un TTIP para la UE?

Inmaculada Rodríguez-Piñero

 

Inmaculada Rodríguez-Piñero
Eurodiputada socialista de la Comisión de Comercio Internacional

El debate sobre el Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversiones entre Estados Unidos y la Unión Europea (TTIP por sus siglas en inglés), está adquiriendo un gran protagonismo debido a su trascendencia y al estado actual de las negociaciones, muy afectadas por el creciente rechazo social al Acuerdo en algunos países de la Unión Europea y muy influidas por el calendario electoral en Estados Unidos, Francia y Alemania.

Para responder a la pregunta que da título al artículo, es necesario debatir desde la reflexión con una perspectiva amplia, algo que creo no está ocurriendo. Es incomprensible que, tras más de tres años de negociaciones, el Gobierno no haya mantenido permanente informado al Parlamento del avance de las negociaciones y propiciado un debate con los diferentes Grupos Políticos.

Existen muchos mitos en torno al TTIP que no dejan ver la realidad de lo que está en juego y de lo que se está negociando, aunque las legítimas preocupaciones deben ser escuchadas y atendidas, sin lugar a dudas. La crisis financiera global y las consecuencias de las políticas económicas aplicadas, alimentan un fuerte sentimiento proteccionista, nacionalista, anti-globalización y, en Europa anti Estados Unidos, que tienen su bandera en la oposición al TTIP.

Sin embargo, la evidencia empírica demuestra que favorecer el comercio y la inversión es un instrumento de política económica fundamental para estimular el crecimiento sin necesidad de incurrir en mayor gasto público, lo cual, en el contexto de restricciones presupuestarias en que nos encontramos no es baladí. Requiere desarrollar una adecuada política de Acuerdos Comerciales.

Según el FMI, el 90 % del crecimiento mundial se generará este año fuera de Europa, y un tercio solo en China. En 2030 se estima que los países en desarrollo y emergentes podrían representar casi un 60 % del PIB mundial. El liderazgo global de China es indiscutible. Su plan de inversiones en Latino América, de 250.000 millones en 10 años, le ha convertido en protagonista de las relaciones comerciales con esta área. La cumbre Asia-Pacífico respaldó su Plan para liberalizar el comercio en Asia, para lo cual ya está poniendo en marcha la nueva construcción de la antigua ruta de la seda y la creación del Banco Asiático de Infraestructuras que es el instrumento de financiación que necesita.

Occidente no puede quedarse atrás.

Estados Unidos ya se ha posicionado para contrarrestar la fortaleza de la posición de China con la conclusión de la negociación del Acuerdo de Asociación Trans-Pacífico, el TPP por sus siglas en inglés, negociado con 12 países, 7 de los cuales son del Sudeste Asiático y que, si finalmente se aprueba, reforzará el liderazgo de los Estados Unidos en Asia.

La UE no puede quedarse atrás. Europa necesita recuperar el liderazgo en el nuevo escenario mundial. Por ello, está desarrollando una intensa agenda de Acuerdos Comerciales que contribuyan a un comercio justo, inclusivo y a abrir más mercados, especialmente en aquellos países que crecen más y de manera más sostenida.

En este contexto es donde tiene que enmarcarse la trascendencia geopolítica de la negociación del TTIP. Su objetivo es estimular el comercio y la inversión entre Estados Unidos y la Unión Europea, dando lugar a la mayor área de libre comercio del mundo, fortaleciendo el liderazgo internacional de ambos socios en el nuevo escenario mundial cada vez más desplazado hacia China y el Pacífico y situando a España en una posición geográfica central. Pero, sobre todo, el TTIP pretende ser un instrumento para regular mejor la globalización y el comercio internacional.

Los socialdemócratas defendemos un Acuerdo con Estados Unidos que sirva para promover los principios y valores que compartimos, para facilitar a nuestras PYMES el acceso al mercado norteamericano y para mantener o elevar los estándares de protección medioambiental, social y laboral, de protección al consumidor que disfrutamos y que puedan servir de referencia en el comercio mundial. No apoyaremos cualquier Acuerdo. Pero defendemos su negociación porque, haya o no TTIP, la UE y los Estados Unidos seguirán comerciando (actualmente los intercambios comerciales entre ambas potencias superan el billón de euros) y la cuestión es ¿queremos que todo siga igual, o es conveniente que se negocie un tratado que regule mejor las condiciones bajo las cuales se producen los bienes y servicios que se comercian? En mi opinión, es conveniente y necesario que se negocie un buen tratado que regule el comercio entre ambas partes y que pueda servir de referencia a nivel mundial. Si no, no lo apoyaremos. Nuestra posición definitiva se fijará, cómo es lógico, cuando se conozca el texto, si finalmente se alcanza un Acuerdo.

Los socialistas seguiremos trabajando en el Parlamento Europeo para influir y conseguir que se tengan en cuenta nuestras pretensiones:

-Garantizar la máxima transparencia en todo el proceso de negociación, si bien hay que reconocer que, gracias a las presiones ejercidas por la sociedad civil y al Grupo Socialdemócrata, existe actualmente un gran volumen de información en la página web de la Comisión que invito a consultar.

- Total exclusión de los servicios públicos de interés general como el agua, la salud y la educación, lo cual está garantizado.

- Preservar los estándares de la UE de protección social, laboral, medioambiental  y de derechos de los consumidores.

- Sustitución del mecanismo de resolución de litigios entre inversor y Estado, (ISDS por sus siglas en inglés), por un nuevo sistema, sujeto a principios y supervisión democráticos, donde jueces profesionales e independientes aborden los posibles casos de manera transparente, similar al del Tribunal de Justicia de la UE, incluyendo un mecanismo de apelación y donde los intereses privados no puedan debilitar los objetivos de política pública. El nuevo sistema es el fin del sistema de arbitraje en los Acuerdos Comerciales de la UE.

En cuanto al estado de las negociaciones y la posible ratificación de un eventual Acuerdo, hay tres posibles escenarios:

1.- Que las negociaciones concluyan bajo el mandato de la Administración Obama, enero 2017. Escenario poco probable por las diferencias todavía  existentes en las negociaciones y el impacto del calendario electoral en Francia y Alemania, países donde existe una elevada contestación social.

2.- Que las negociaciones continúen y se cierre un Acuerdo más adelante, una vez concluidas las elecciones de Francia y Alemania y siempre que no gane Trump las presidenciales americanas. Escenario que considero puede ser el más plausible.

3.- Que no se alcance un Acuerdo, escenario poco probable por las consecuencias que tendría para ambas potencias.

En definitiva, el panorama es muy complejo y sombrío. Nadie ha valorado el coste de un no Acuerdo para Europa, pero no cabe duda que quedaría muy debilitada políticamente. Es necesario regular mejor la globalización y el comercio internacional. El TIP puede ser una oportunidad porque, o es así o no lo apoyaremos. Defender el "no" sin proponer alternativas es renunciar a la oportunidad de avanzar.

 

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