Otras miradas

Los bulos machistas en los que cree la juventud

Ana Bernal Triviño

Periodista

Manifestantes participan en la marcha organizada por la Comisión 8M con motivo del Día de la Mujer, en Cibeles (Madrid). Foto: Juan Medina / Reuters
Manifestantes participan en la marcha organizada por la Comisión 8M con motivo del Día de la Mujer, en Cibeles (Madrid). Foto: Juan Medina / Reuters

Hace unos días pudimos leer un nuevo estudio del Centro Reina Sofía y FAD cuyo titular decía: "El antifeminismo crece entre los adolescentes españoles". Crecer el antifeminismo viene a decir que crece el machismo. El estudio apunta que de todas formas la mayoría (un 46%) se considera feminista. Pero luego, lees un poco más del estudio y ves que declararse feminista lo compran como un eslogan que "queda bien". Hemos tenido decenas de políticos y de referentes en la cultura o en los deportes que se han declarado feministas sin serlo y sin tener ni idea. Así es normal que la juventud diga sí y, dos epígrafes más tarde, vengan los "peros". 

En un vistazo rápido, casualmente, se ve cómo esa juventud se ha creído mitos abundantes en declaraciones políticas y mediáticas irresponsables que, además, se han extendido en youtubers o tiktokers. Todos, eso sí, con muchas ganas de polemizar y enfrentar pero poco informar. Aquí solo tres frases del estudio, que son auténticos mitos del machismo:

- "El feminismo actual impone un pensamiento único". A este ritmo dirán que es pensamiento único la Constitución, el Código Penal o la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Muchos han llamado pensamiento único a un feminismo que reivindica los derechos humanos de las mujeres, ni más ni menos. Es que si yo digo que no me mates, o no me violes, o no me acoses, no es que sea un pensamiento único. Es que lo contrario deberíamos de saber que es indecente, condenable, un delito y atenta a nuestros derechos. Dejemos de mezclar churras con merinas.

- "Los hombres han perdido la presunción de inocencia y son culpables hasta que se demuestre lo contrario". ¿De verdad? ¿Por qué entonces hay juicios de forma constante? De ser como dicen, nos lo ahorraríamos y serían condenados de forma directa solo con la palabra de la mujer. ¿Por qué nadie dice que se anula la presunción de inocencia cuando es un robo? ¿Por qué nadie dice que se anula la presunción cuando es un accidente de tráfico? ¿Por qué nadie dice que se anula la presunción cuando es una negligencia médica o un delito contra un patrimonio? ¿No va a ser que son diferentes varas de medir según hablen mujeres o no? Las leyes feministas están respaldadas. Desde el Tribunal Constitucional (ley 1/2004) a la ley de libertad sexual, donde el propio Consejo General del Poder Judicial reconoció en su último informe que la presunción de inocencia no está atacada. Estamos en un Estado tan garantista que a veces, ellas, por falta de pruebas físicas se ven desprotegidas.


"Es un sistema que cancela a los hombres y hay una desprotección jurídica". ¿Hombres cancelados? ¿Y cómo es, entonces, que hay hombres sueltos por la calle cada día trabajando y tan normales? ¿O es que a todos les han dado el tercer grado y disfrutan de días de permiso? (Entiéndase la ironía por lo absurdo del planteamiento). ¿Será porque solo el hecho de ser hombre no te condena como culpable de nada? ¿Será porque los hombres siguen conservando todas sus garantías procesales y son llevados a los tribunales solo cuando han delinquido? ¿Será porque las garantías procesales son las mismas ya seas señalado, por ejemplo, de cometer un robo o por acosar a una mujer? El remate que se desprende de quienes piensan así es que, además, aquellos que sí suman dentro del feminismo serán considerados menos hombres.

Estas perlas, y peores, están aún hoy, en 2023. ¿Extraño? No. Un país sin conocimiento de la democracia, de sus leyes y de memoria histórica feminista es un coladero de mentiras. A algunas esto no nos pilla por sorpresa, a nuestro pesar, porque llevamos años diciendo que hay quienes han trabajado arduamente y con intención para que esto sea posible. Así que enhorabuena a todos aquellos que han contribuido a quitarles a muchas mujeres el feminismo que podría salvarlas en muchas etapas de su vida. 

El resto seguiremos trabajando con todo en contra, pero los victoriosos hoy estarán contentos. Enhorabuena a todos los agentes sociales o jurídicos en que sus sentencias, declaraciones públicas o acciones han dejado un halo de sospecha hacia las víctimas o las marcaron como mentirosas. Enhorabuena a parte de ese sistema educativo que incluso publica tuits diciendo, como profesorado, que el feminismo persigue a los hombres. Enhorabuena a todos esos políticos y políticas que han usado micrófonos para machacar al feminismo sin pensar en las víctimas sino sólo en su puñado de votos. Enhorabuena a tantos medios por desinformar, por silenciar voces feministas y por crear tertulias donde cualquiera opine con mitos, polémicas absurdas y manipulaciones informativas. Enhorabuena por apostar por eternos debates feministas incidiendo en lo que nos separa, lejos de la agenda de explotación y violencia común. Enhorabuena a quienes han contribuido con campañas de acoso y ataque a otras feministas, mientras han hecho campañas de apoyo a agresores. Enhorabuena por vetar a tantas mujeres feministas de espacios y ocuparlos para desacreditar al único movimiento que salva a las mujeres, con el fin de dejarlas sin esas herramientas. Con todo esto, el machismo ha tenido mucho terreno libre a su favor. Enhorabuena a todos, menos a esa juventud a la que hemos condenado a un mundo más desigual y machista. Luego que nadie se lleve las manos a la cabeza.


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