Otras miradas

"Sabías lo de Íñigo y no hiciste nada"

Ana Bernal Triviño

"Sabías lo de Íñigo y no hiciste nada"
Cientos de personas durante una manifestación convocada por el Movimiento Feminista de Euskal Herria, por el 8M. Eduardo Sanz / Europa Press.

"Sabías lo de Íñigo y no lo denunciaste". A raíz de que dije en la Sexta que las feministas nos protegemos (menuda novedad) y sabemos nombres y que lo de Iñigo se sabía en parte, algunos que quizás se lleven una demanda empezaron a acusar de encubrir a delincuentes. También lo dijeron compañeras como Ana Pardo de Vera o Esther Palomera, y también están siendo señaladas. Todo ello descontextualizando y dando por supuestas cosas que no son. Pero lo peor es ver a tertulianos, periodistas y más, sumándose al mismo carro sin tener ni idea de lo que hay detrás. Diez puntos, al grano:

  1. Si dudan de mí escuchen al juez Joaquim Bosch cuando recuerda que los delitos de agresión sexual no son perseguibles de oficio. Ni puede denunciar Esther Palomera, ni Ana Pardo de Vera ni Ana Bernal por nadie. A diferencia de los de violencia de género, que cualquiera puede denunciar, los de agresión sexual son denuncias de parte, salvo en casos de menores o personas vulnerables. Así ocurrió con el caso de Rubiales, que dependía de que Hermoso denunciara o no. 
  2. Quienes dicen que no lo sabían, incluidos centenares de comentarios en Twitter, sean sinceros. Lo sabían desde que salió público el hilo en Twitter en 2023 sobre el tocamiento en un concierto. Así lo expliqué en televisión. Si lo vi yo, que no trabajo en información del Congreso, que por entonces no estaba en tertulias políticas y no soy de primera línea del periodismo, es llamativo que quienes sí lo están digan que no lo vieron.
  3. A raíz de aquel tuit, las feministas (y advierto, feministas sobre todo periodistas, que cada una tiene su gremio de trabajo), preguntamos. Y lo que nos llegaba era que Iñigo era un ligón, que era un sobón, un machista...que no es delito; sin más detalles, y eso nos pone en aviso y cuidarnos entre nosotras. Aquel hilo también desapareció, las compañeras que investigaron no pudieron obtener más pruebas. Solo había rumores. Y no había ningún hilo en la línea de acoso ni agresión como el de Elisa. Que denunció tras mi declaración.
  4. El mundo de los machistas no se ciñe en Íñigo. Sí, sabemos más nombres. Y como no podemos denunciar por ellas porque no está permitido, porque no es de oficio, lo único que podemos hacer es generar un espacio de cuidado, de protección y seguridad a las víctimas que nos llegan. Esperar a que puedan conseguir pruebas y esperar a que ellas, de parte, consigan la fortaleza para denunciar.
  5. A raíz del testimonio en el perfil de Cristina Fallarás, volvemos a preguntar y al día siguiente me avisan de que es Iñigo (cosa que era voz populi porque todos los comentarios lo citaban) y que las mujeres del partido están presionando. Que si no hay pruebas, hay que conseguir un reconocimiento de él. Y entonces, llegó la carta de Errejón asumiendo.
  6. A partir de ahí, un efecto dominó. Más mensajes, más nombres. Y sí, siempre en espacios feministas porque ellas buscan que las crean. En vez de acusarnos a nosotras os deberíais preguntar por qué no confían en la justicia. Quizás es porque los delitos sexuales ocurren en la intimidad, que sin pruebas estás perdida, y que las sentencias por maltrato psicológico son mínimas. Leyendo a Elisa y los nuevos casos nos quedamos heladas de que aquellos avisos de "cuidado" escondieran delitos. La prueba es que de estar avisadas yo no me rompo leyendo la denuncia de Elisa en televisión. Descubro la dimensión en ese momento.
  7. A los inteligentes y las inteligentes que solo buscan la denuncia, decirles que somos feministas, pero no idiotas. Que tenemos compañeras juristas que nos respaldan. Que las que estamos metidas hasta el cuello en este tema sabemos de las cloacas que hacen imposible la vida de las víctimas. Y que sin pruebas es como dejarlas delante de un toro o a los pies de los caballos. Expuestas y arrasadas. Porque frente a ellas, anónimas, unos tíos con mucho más poder pueden pagar a los mejores abogados y espías del mundo hasta destruirlas.
  8. Y a ver si os aclaráis porque si denuncian ellas sin pruebas es una caza de brujas. Y si denunciamos en la prensa sus casos sin pruebas, sabéis que no hay noticia, y lo que llega es una demanda por calumnias o injurias del agresor. Demanda que él ganará en los juzgados. Demanda que hará que él quede de héroe y mártir. Demanda que hundirá a la víctima, que será vilipendiada socialmente. Ella podrá ser perseguida incluso por su agresor, estará su vida en peligro y se cerrará cualquier puerta a que en un futuro, por nuevas pruebas o testimonios, se pudiera abrir un caso contra él.
  9. A los que y a las que dicen que no hacemos nada. ¿No es hacer nada escucharlas sin juzgarlas? ¿No es nada respetar su voluntad y darle apoyo de todo tipo? Por cierto, que lo de "los sabíais y al resto de mujeres que les den, no?". No, no, estáis equivocados. Estamos pendientes de las otras mujeres a las que estos tipos están a la caza para avisarlas, a veces, las propias víctimas. No se nos escapan. Estamos destinando tiempo de nuestra vida personal y familiar en ayudar. Pero vosotras y vosotros solo queréis los nombres por cotilleo y jaleo. Nosotras no, nosotras para hacer justicia si podemos. Y el secreto profesional nos ampara. A ver si ahora vais a pedir entrar en todas las investigaciones de prensa del mundo porque queréis saberlo todo.
  10. Nosotras no somos los Cuerpos ni Fuerzas de seguridad del Estado y no, no controlamos los nombres de toda España. Confiamos en las redes de otras feministas, en otras ciudades, en otros pueblos. Menuda hipocresía las que se hacen las nuevas con las redes de mujeres, que han existido desde siempre. Queréis hacernos creer en la trampa de dar nombres públicos para que nos denuncien y callarnos. Somos más inteligentes. Como dice la gran Henar, no estamos calladas ni quietas, estamos trabajando. También os digo, sería muy falsa por mi parte si me pusiera a señalar a las compañeras de otras ciudades o entornos que no me avisen de los nombres que ellas manejan. Juego sucio entre nosotras no.

Así que, como consejo, cuidado con las acusaciones, por si acaban en tribunales. Que no os hagáis algunos y algunas despistadas, que el tuit de 2023 fue público. Pero también os digo, nos resbala que no estéis con nosotras porque las víctimas están de nuestro lado. Y con eso, nos sobra. Que algunas os hayáis dedicado como machistas, a linchar y a señalar, dice más de vosotras, que de nosotras o de mí. Ahora, a seguir ladrando en redes. Mientras, nosotras seguimos con ellas, protegiendo y trabajando. No todas podéis decir lo mismo.

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