Otras miradas

Autogobierno vasco: dispuestos a ampliar el pacto social de convivencia, no a restringirlo

Eneko Andueza

Portavoz adjunto del PSE-EE en el Parlamento Vasco

Eneko Andueza
Portavoz adjunto del PSE-EE en el Parlamento Vasco

Hace un año los vascos y vascas estábamos preparando la campaña electoral nuestras propuestas en forma de contrato con la ciudadanía para esta legislatura. Y todos los partidos que nos presentamos llevábamos concreciones sobre el modelo de país que queríamos, y que había sido resultado de un largo trabajo en el Parlamento anterior. Todos menos uno, Elkarrekin Podemos. No es una interpretación que hagamos los socialistas. La propia coalición pidió tras las urnas más tiempo, más comparecientes, más argumentos para poder presentar en el Registro de la Cámara algo con lo que trabajar. Vemos, por el artículo que firmaba recientemente Sergio Campo en Público, que siguen en la indefinición.

Sería injusto decir que en el debate sobre el autogobierno de Euskadi no ha habido cambios en los últimos tiempos. Lo ha habido. Y sería injusto no reconocer que la presencia de Elkarrekin Podemos no ha servido. Ha servido porque es el único partido sin definir qué quiere, ha pedido tiempo, ha pedido más comparecencias y esas comparecencias han servido para consolidar la propuesta que los socialistas ya registramos hace 19 meses: la vertiente ciudadana, la de consolidación de derechos sociales y la falta de recorrido de propuestas que no encajen en la legalidad vigente. Y los Socialistas Vascos, en estas circunstancias, nos ratificamos en que queremos ampliar el gran pacto social de convivencia que inauguramos hace casi 38 años y que no participaremos de las que pongan en peligro derechos cívicos y sociales conquistados.

Porque ha sido una larga conquista la garantía del derecho a la salud y la educación públicas y de calidad, desde la interpretación más social de nuestro Estatuto. Lo ha sido el ser durante años la única Comunidad con el derecho subjetivo a disponer de unos ingresos mínimos, y eso sólo ha sido posible desde una lectura social del actual Estatuto. Lo ha sido el que sigamos siendo la única Comunidad Autónoma con el derecho ciudadano a exigir una vivienda en la que alojarse si no se cuenta con recursos suficientes. Que estemos a la cabeza de la innovación, o en los índices de transparencia. Y los Socialistas Vascos vemos que en el análisis de las nuevas formaciones falta ese reconocimiento, como les falta a muchos nacionalistas: el de que el actual Estatuto ha sido una experiencia de éxito que ha proporcionado la mayor etapa de progreso y cohesión social con la que jamás hayan contado quienes viven en Álava, Gipuzkoa y Bizkaia, y la mejor forma que hemos encontrado para gestionar nuestra pluralidad interna, de sentimientos e identidades.

A mi partido se le habrá leído y escuchado en muchas ocasiones que para nosotros el Estatuto y el autogobierno es mucho más que un listado de competencias. Es una forma de organizar el país y darle un sentido, que hemos conseguido que sea netamente social. Por eso tenemos registrado ya en el propio Parlamento el "para qué" queremos la reforma estatutaria: para blindar las competencias frente a nuevos impulsos recentralizadores, para blindar los servicios públicos frente a nuevas tentativas de recortes. Y para profundizar en la dimensión social del Estatuto, incorporando en su articulado derechos ya adquiridos por la sociedad vasca, como el acceso a la Renta de Garantía o a una vivienda. Y además señalamos "cómo", y lo explicitamos en nuestras aportaciones de enero de 2016 y en nuestro último programa electoral.

Más recientemente, en los propios debates parlamentarios, añadimos una consideración dirigida al resto de los partidos. Porque pensamos que en Cataluña se abrirá una nueva oportunidad, nos negamos a resignarnos ante los órdagos y los inmovilismos. Estamos convencidos de que esa ventana se abrirá por la vía de la reforma constitucional que garantice las singularidades, la igualdad y la solidaridad. Y creemos que es una reflexión que debemos incorporar a nuestro debate en Euskadi.

Lo que no se puede a estas alturas es plantear síntesis simplistas para intentar quedar bien con todos. Los límites de nuestro autogobierno sin reforma constitucional están tasados, incluso los confirmó el propio fundador de Podemos en Euskadi en su condición de experto en la materia. La Ley de Claridad a la que se alude es una respuesta en un país diferente y un contexto diferente. La interpretación corresponde a su propio autor, Stephan Dion, que lo repetía aún hace menos de un mes en una entrevista. No es opción en España. Aquí debemos de ser capaces de buscar nuestras propias fórmulas de convivencia, y los socialistas estamos dispuestos a explorarlas.

Pero el resultado al que lleguemos debe ser para ampliar consensos, no para restringirlos. Y proponer fórmulas que no caben en nuestro ordenamiento es un camino de restricción que, además, cuestiona los derechos sociales conquistados. Por eso esperamos que Elkarrekin Podemos termine de definir su propuesta, la que no fue capaz de presentar con claridad a los vascos y vascas en las últimas elecciones y las que, según parece, siguen sin dar forma en vísperas de iniciar un nuevo curso político. Han tomado notas de los demás, incluso expresiones literales, pero falta un ideario propio y definido. Los socialistas queremos que se incorporen a ese nuevo acuerdo, y vemos posibilidades de que se sumen a lo que ya tenemos planteado en el modelo social. No coincidiremos en la fórmula que buscan para dar satisfacción a las aspiraciones nacionalistas y a cómo dar cauce a la forma de separarse de España. Además, debe integrar a quienes no participaron en el anterior: la derecha que representa el PP; la izquierda abertzale y a las nuevas formaciones. Por eso insistimos en que el actual pacto estatutario solo puede y debe ser sustituido por otro que tenga un grado de consenso equivalente o superior, que busque reforzar nuestro autogobierno dentro de una España plural y una Europa Unida, y sea tramitado conforme a la legalidad vigente.

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