Otras miradas

A quienes niegan delitos machistas

Ana Bernal Triviño

A quienes niegan delitos machistas
Manifestación de estudiantes en Madrid contra la sentencia de La Manada.- A. Pérez / EUROPA PRESS

La semana pasada uno de los agresores de la Manada de Pamplona, El Prenda, confesó en una carta que sí violó. Confesó ser un violador. Ya sé que está detrás su motivación para conseguir permiso penitenciario. Otro debate es si alguien lo cree o no lo cree. Pero había otro fondo tras ello. 

Yo no dejaba de pensar en el juez que habló de jolgorio ante una violación, en el abogado y en la pérdida de poder de su relato, en el resto de los condenados y cómo anula su capacidad de defensa... Y pensaba en la centena de periodistas cómplices que guardan silencio. Los mismos que antes aplaudían cuando El Prenda decía que eran "cinco familias destrozadas por una mentira" y los mismos que repetían frases de la declaración ante el juez, como que "es habitual" que una mujer quiera tener sexo "con dos o tres" hombres que acaba de conocer.

Justo hace unos días, un juez no vio delito cuando un hombre grabó sin su consentimiento a unas mujeres que orinaban en la calle (porque no había otra zona acondicionada) y subió las imágenes a una web porno.  Y en esos días vi varias tertulias donde periodistas dudaban de si realmente puede haber un delito en el caso de Naim Darrechi y su confesión de eyacular dentro de las mujeres sin condón y mintiendo.

Hace poco también conocimos el Barómetro de la Juventud y la opinión de los jóvenes varones del país: el 20% niega la violencia de género. O lo que es lo mismo, tienen tan normalizada una violencia específica que asesina a mujeres y menores que no consideran que sea una agresión ni una vulneración de derechos ni nada.  Y así una tras otra. A veces no solo por parte de hombres, sino de mujeres. Vienen de todos lados, de la justicia, de políticos, de periodistas... Especialmente peligroso es de aquellos a los que se considera que tienen autoridad.

Y el fondo de todo es terrible. Porque en todos los casos hay una normalización. Y normalizar pasa por tolerar. Y así es como el machismo se perpetúa siglos tras siglos. Así es cómo, a diferencia de otras agresiones, los asesinatos machistas apenas tienen repercusión porque seguramente "ella habrá hecho algo". Por supuesto, si la justicia no ve delitos, la sociedad tiene una gran baza para seguir defendiendo posturas en contra de la igualdad.

Hay un peligro tremendo en esa normalización que se esconde tras sentencias y noticias. No solo porque no se reconozca una situación de violencia, sino porque su falta de reconocimiento no crea nada bueno a su alrededor: crea desinformación, crea más violencia, crea agresores, crea silencio con ellos y crea todo un relato que garantiza que esa violencia se siga ejerciendo.

Pero hay un mensaje horrible y de fondo detrás de todo esto. Porque... ¿Todos ellos, qué piensan realmente sobre las mujeres? No sobre su madre o sus hermanas, que siempre tienen como respuesta, como un as de la manga; sino sobre todas aquellas sobre las que quieren acceder y no pueden. 

Si no reconocéis la violencia de género seguirá habiendo asesinatos. Si no reconocéis la libertad sexual de las mujeres, seguirán las agresiones sexuales. Si seguís pensando que es normal que a una mujer se le eyacule sin condón sin su consentimiento, seguiréis deshumanizando a todas las mujeres. Si seguís pensando que es normal la existencia de la prostitución, seguiréis financiando redes criminales y condenando a una trauma de por vida a centenares de mujeres. Si seguís echando las culpas sobre nosotras, el problema no será nuestro sino vuestro. Si seguís viendo como normal lo que son delitos, terminaréis por crear delincuentes o, peor aún, acabaréis vosotros siendo uno de esos delincuentes. 

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