Otras miradas

Subir sueldos es mejor que bajar impuestos

Naiara Davó

Diputada de Unides Podem en Les Corts Valencianes

Subir sueldos es mejor que bajar impuestos
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, presenta la calculadora interactiva de impuestos, en la Real Casa de Correos, a 18 de abril de 2022, en Madrid (España)

Tanto la derecha como la ultraderecha, en España y el resto de Europa, utilizan el marco de Bajar impuestos como elemento central de sus discursos. Es un marco potente ya que para la ciudadanía menos impuestos significa automáticamente más dinero disponible en sus bolsillos. Es una relación directa, automática, sencilla, cotidiana. Cada mes tienes una nómina, o una facturación, y debes restar los impuestos que además están visibles. Tendría 100, 200 o 300 euros más en mi cuenta si no hubiera impuestos.

Frente a este marco potente, que tiene un gran enganche comunicativo, tenemos que oponer otro marco maestro: el de subir sueldos. Cada vez que un dirigente diga: "Hay que bajar impuestos", habría que responder con: "No, hay que subir sueldos". Subir sueldos opera en el mismo eje que el de bajar impuestos, ya que implica más dinero disponible en los bolsillos de la gente. Sin embargo, se interviene en las relaciones de poder y en la redistribución de la riqueza. Equilibrar la balanza no es que los ricos sean más ricos con menos impuestos, sino que los trabajadores tengan más poder adquisitivo y mejores salarios.

Como contra respuesta veríamos escenas rocambolescas, ya que aquellos que defienden la bajada de impuestos serían capaces de argumentar que aumentar sueldos aumenta la inflación, cuando el argumento es el mismo que para bajar impuestos (más dinero disponible sería más capacidad de consumo). Lo importante, sin embrago, sería haber situado ahí la centralidad del debate, que se discuta en este eje y no en otro.

La derecha usa el "bajar impuestos" como receta mágica y solución milagrosa a problemas complejos y diversos. Es alucinante escuchar como ante cualquier problema, sea el aumento de la luz, de la gasolina o del precio del quilo de tomates, siempre usen exactamente la misma idea: bajar impuestos.

Es importante desmontar este marco dibujando un proyecto nítido: frente a la subida del precio de la gasolina, intervenir los precios. Frente a la subida del precio de la luz, nacionalizar el oligopolio, frente al aumento del precio del kilo de tomates, Ley de cadena alimentaria para ayudar a los agricultores. Los problemas son diferentes y exigen de soluciones específicas, siempre bajo el marco de proteger a las mayorías. Una batalla cultural de primer orden se libra aquí y debemos darla con las mejores herramientas.

Al fin y al cabo, la derecha utiliza la coletilla de "bajar impuestos" para todo porque, en realidad, para ella, todo sirve de excusa para desmontar el estado del bienestar y los mecanismos disponibles para redistribuir la riqueza. Bajar impuestos siempre implica menos recursos para el Estado, que lo gasta en aquello que no debe entrar en la lógica del mercado (nuestra salud, nuestra educación, nuestras pensiones, en definitiva: nuestras vidas).

Hay que subir los impuestos a los ricos y grandes fortunas, y los salarios al resto de la gente trabajadora. Ese es el único marco disponible para cohesionar nuestras sociedades, hacerlas más justas y garantizar los derechos de ciudadanía. Los impuestos son un mecanismo corrector de las desigualdades provocadas por el mercado, nada más y nada menos. Por eso es tan importante que podamos atajar de raíz cualquier eje que busque erosionar esta herramienta. Cuando la derecha dice bajar impuestos, la gente entiende tener más dinero porque le hace falta más dinero. El sentimiento sobre el que se asienta el marco es legítimo, pero la derecha lo aprovecha para el beneficio de una minoría.

Nuestras sociedades son ricas, por lo que no debería ser posible la pobreza, pues hay de todo y para todas. El problema es que algunos se lo quieren quedar todo aunque al resto no le quede nada.

La batalla política y cultural por convencer, por instalar marcos que trabajen en esa dirección concreta es imprescindible, y para ello tenemos que liderar una ofensiva basada en:

Hay que subir sueldos.

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