Otras miradas

Como hacía Rodolfo

María Guijarro

Diputada del PSOE por Bizkaia

VITORIA, 26/01/2023.- Fotografía de archivo (03/11/2013), del socialista Rodolfo Ares, quien fuera consejero de Interior del Gobierno Vasco, que ha fallecido este jueves, a los 68 años. EFE/Luis Tejido
Fotografía de archivo (03/11/2013), del socialista Rodolfo Ares, quien fuera consejero de Interior del Gobierno Vasco, fallecido a los 68 años. EFE/Luis Tejido

Esta semana pasada, desde el socialismo vasco, y me atrevería a decir que también desde el socialismo de todo el país, despedíamos a uno de los políticos vascos con más horas de negociación y de diálogo a sus espaldas: Rodolfo Ares.

Ares es y será siempre una de esas personas que hizo del trabajo político con mayúsculas una manera de ver y vivir la vida y de hecho, lo pudimos comprobar en su despedida el viernes pasado. Una despedida muy "plural".

Uno de sus objetivos fundamentales siempre fue el acuerdo entre diferentes. Algo esencial en política.

En tiempos muy duros, donde ETA azotaba sin piedad, Ares encarnó la valentía y el compromiso. Frente al ruido; trabajo y diálogo. Negociación, comprensión y diálogo siempre. Y no era fácil. Nada fácil. Ahora tampoco.


Las circunstancias nacionales e internacionales tampoco son fáciles. Venimos de una pandemia que nos ha hecho sufrir mucho y estamos inmersos en una invasión en las puertas de Europa que hace que muchos de nuestros cimientos económicos y sociales tiemblen.

Pero a pesar de todo, hay que seguir. Tenemos una responsabilidad. Sabemos lo importante de nuestro papel en el Legislativo y en el Ejecutivo. Y hay personas así en política, como Rodolfo. Como tantas otras. Que ponen todo lo mejor de sí mismas. Profesionales, comprometidas y preocupadas. Desprovistas de "superioridad moral" y concentradas en su tarea como políticas con modos de hacer coherentes y honestos. Aunque en ocasiones no sea reconocido o sea obligatoria la discreción.

La socialdemocracia nos ha inculcado el respeto por los adversarios políticos, por la escucha activa, por la construcción colectiva. Para que lo primero en política sea mejorar la vida de nuestras conciudadanas y conciudadanos, y no denigremos las grandes instituciones del Estado democrático. Que nuestro éxito sea cuando dialoguemos sinceramente con los problemas reales de la ciudadanía.

El valor del diálogo sincero y constructivo es algo infalible en política. La responsabilidad y honestidad con la que se debe afrontar la tarea de "lo común" es obligatoria en esta encomienda. Y para ello debemos ponernos como obligación, en un país tan diverso y en un Parlamento tan fragmentado, el diálogo social, el diálogo intergeneracional y un diálogo territorial, sin que se sobrepase ninguna línea roja que atente contra los derechos humanos.

No podemos, como pretende la derecha, estar siempre inmersos en conflictos, divisiones y rupturas de consensos. Nuestro objetivo debe ser claro. Conseguir igualdad de oportunidades y justicia social para la mayoría de nuestro país y eso solo se consigue con diálogo y más diálogo. En eso se diferencia la socialdemocracia del individualismo y del capitalismo que no ve más que recursos para generar riqueza. Se consigue con personas, políticos y políticas, que escuchen activamente. Que sean capaces de reconocer las virtudes del adversario político o cuando menos capaces de no descalificarlo en el primer minuto y se pongan a trabajar. Que se pongan a negociar. Sin descanso. Con humildad y constancia. Como hacía Rodolfo.

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