Otras miradas

Hablan de ETA para silenciar a nuestros muertos

Anita Botwin

Hablan de ETA para silenciar a nuestros muertos
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (EFE/Rodrigo Jiménez)

En esta jornada de reflexión electoral me gustaría que nos detuviéramos por un momento para recordar a los que ya no están. Todos esos números, 7291 concretamente, eran mucho más que eso. Eran vidas, tenían familias, personas que les querían y cuidaban, nietos que iban a visitarles y con quienes recordaban los mejores momentos vividos y compartidos. Yo recuerdo a mi abuela, pienso a menudo en ella, y en cómo cuando iba a visitarla a la residencia su cara cambiaba, sus ojos se iluminaban. También recuerdo el mal trato recibido en ocasiones, especialmente en comidas que no eran nada apetecibles. No merecía eso, era una buena persona, eran sus últimos años, deberían haberle proporcionado la mejor calidad de vida. Ella ya no vivía cuando llegó la pandemia del covid y se cerraron las residencias a cal y canto. Por un momento y aunque parezca cruel, me alegré de que ella ya no estuviera, de que mi abuelo Guillermo tampoco. Me alegré de que no tuvieran que vivir el horror que tuvieron que pasar miles de personas mayores en las residencias de la Comunidad de Madrid a los que se abandonó y dejó morir de forma indigna. Eran personas que habían contribuido al Estado con su esfuerzo durante muchos años, que lucharon por derechos para que sus hijos y sus nietos viviéramos con dignidad en un Estado de bienestar que costó mucho conseguirse y muy poco deteriorarlo hasta terminar con él.

Hoy es un momento para recordar también cómo el PP ordenó culpar a ETA cuando ya sabía que no era la autora del 11M. Algunos a día de hoy, siguen haciéndolo porque su falta de escrúpulos les impide respetar a los fallecidos. Es más, hacen uso de esos fallecidos para obtener votos, usan la mentira y la desmemoria para hacerse con el poder allá donde gobiernan.

En lugar de pedir perdón a las familias, la líder de las ocurrencias, de las plantas del balcón y del pinganillo, ha preferido revivir por enésima vez a ETA. Necesitan a ETA para no hablar de sus propios muertos, para no dar la cara por los protocolos de la vergüenza que dejaron sin asistencia sanitaria a 7.291 personas. Lo cierto es que para nuestra tranquilidad, ETA renunció al terrorismo hace 11 años y fue disuelta hace 5, pero para nuestro pesar, aún gobierna y previsiblemente así seguirá siendo una persona y su equipo que no cuida de su gente más vulnerable, y que solo gobierna para los suyos y los ricos, que para el caso lo mismo es. ETA es una vez más una cortina de humo, una utilización de lo inexistente para que no hablemos de lo que realmente nos preocupa a la ciudadanía: el precio de la vivienda, la desaparición de la sanidad pública o de la educación y los colegios y guarderías. De ciudades verdes ni hablemos, porque esta gente tampoco cuida la sostenibilidad ni hace lo más mínimo por frenar la crisis climática, a no ser que poner una maceta en un balcón sea la última estrategia de la que hablan los ambientalistas.

Bromas aparte, que el tema es lo suficientemente serio para abordarlo desde otro lugar, no se me quita de la cabeza la sonrisa de un buen hombre, Juan Huertas, que trabajó toda su vida, que cuidó de una familia hermosa, que fue un buen hombre y que terminó encerrado en una habitación, sin asistencia y muriendo solo. Ni a él ni al resto de fallecidos se les dio la oportunidad de vivir, se les negó el derecho a la vida, ¿puede haber algo más grave que eso? Y en lugar de admitir el gran error, de suplicar perdón a las familias e intentar llevar a cabo un ejercicio de reparación, dijeron que eso lo llevaba "el coletas", mantra que se convirtió en bulo y que sigo escuchando en las calles y en las redes a día de hoy. Los muertos fueron suyos, señora Ayuso, y si tiene algo de conciencia debería dimitir y pedir perdón a las familias, en lugar de hablar de los muertos de otros, que ya bastante tienen con su propio dolor. Curioso es, por otro lado, que a algunos les pareciera horrible si los fallecidos hubieran sido cosa de Pablo Iglesias, pero si son de Ayuso, hacemos mutis por el foro. "La cuestión es si es entendible que el 1 de abril, cuando morían en España 700 personas, se puede contratar con tu hermana y recibir 286.000€ de beneficio por vender mascarillas", tal y como dijo Pablo Casado. No hubo escrúpulos entonces, no los hay ahora y si seguimos permitiéndolo, así seguirá siendo.

Desde Verdad y Justicia y la Marea de Residencias siguen tratando de obtener justicia, de conocer la verdad, pero al parecer ni la fiscalía está haciendo gran cosa por los querellantes y la judicatura parece querer taparlo todo. El deterioro de las residencias sigue aumentando y lo peor es que parece haber poca conciencia de que esto nos puede pasar a cualquiera. Por todo ello es importante que hoy reflexionemos y nos demos una oportunidad para cambiar las cosas, para que no vuelva a suceder por la memoria de los que ya no están entre nosotros.

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