Persona, animal o cosa

ZHANG RUIFANG Y EDUARD KHIL - A la vejez…cuernos y trololos .

Berto Romero

alavejezbaixa.jpg

Zhang Ruifang, una anciana de 101 años del pequeño pueblo de Linlou, en la provincia china de Henan, ha sido noticia recientemente por haberle crecido un cuerno en la parte izquierda de su frente. Las imágenes de dicha protuberancia de queratina (la sustancia que compone principalmente nuestro pelo y uñas), de unos seis centímetros y aspecto similar al asta de una cabra, han dado la vuelta al mundo. A sus 101 años, esta adorable anciana, con un cuerno ya en ristre, observa con estupor como por el lado derecho de su testa parece comenzar a brotarle un segundo pitón. Ella asegura que no le hace daño y que puede hacer vida normal (quizá, añado yo, extremando la precaución con sombreros, gorras y almohadas). Sus vecinos declaran que les da un poco de miedo.

Por otra parte, Eduard Khil, un barítono ruso ya retirado se ha convertido, a sus 76 años, en un fenómeno musical a nivel global. Alguien subió a youtube una alucinante actuación suya en la televisión rusa de 1976. En ella aparece con un look parecido al de un muñeco de ventrílocuo, realizando una terrorífica coreografía entre lo robótico y lo artrítico. Practica un playback imposible sobre un tema ultra-pegadizo, con reminiscencias de banda sonora de película de cowboys, cuya letra es una vocalización. El impacto visual y musical ha sido tal que, rebautizado por la red como "Mister Trololo", el venerable Khil ha sido catapultado a una segunda juventud. Su video navega por toda internet y es re-emitido por todos los canales de televisión del planeta. Se le dedican parodias sin cesar, mientras un clamor internacional reclama ya una nueva gira del ex-retirado cantante.

Tal como yo lo veo, se trata de una advertencia: "recuerden, no nos está permitido bajar la guardia jamás". Un mensaje del hacedor a todos los seres humanos que piensen que, llegada una cierta edad, se pueden retirar con tranquilidad, ya sea forzosamente o por obligación, a descansar. Un toque de corneta avisando de que los caprichos del destino no conceden tregua. Anunciando que una nueva oportunidad puede arrollarte en todo momento, ya sea convirtiéndote en una reversión posmoderna y techno-freak de tu propio pasado o en una "hell-granma" centenaria y mutante.

Más Noticias