Persona, animal o cosa

COUSOS DEL MUNDO - Mártires de la impunidad

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Marta Nebot

Si las cosas no pasan cerca no nos afectan igual. Lloré mucho con los trenes de Atocha y ni una sola lágrima con las Torres Gemelas, ni con tantas guerras vistas ya por televisión. Porque, aunque los que nacimos con la democracia no hemos vivido en carne propia ninguna –ya que hace mucho que no la hay mundial y que la civil pasó– de las otras nunca ha dejado de haberlas. Es como si el primer mundo, tras dos experiencias horribles, hubiera aprendido la lección: las guerras sólo pequeñas y en tierra de otros.El caso es que a ésas van los profesionales del fusil, que saben o deberían saber qué se juegan y los periodistas y gráficos que, aun sabiéndolo, creen que sus credenciales y su prudencia les deberían mantener a salvo y así era hasta que dejó de serlo. Supongo que el hecho de que los grandes países ya no se metan en guerras sino que explotan las de otros les hace más dueños del mundo y el juego sucio que, antes sólo practicaban los servicios secretos, al no haber nada propio en juego, se ha convertido en el pan suyo de cada día. Por otro lado, la fuerza de las opiniones públicas acomodadas en la paz eterna y la de los medios de comunicación que las condicionan también ha crecido mucho, convirtiendo a estas empresas en bastiones estratégicos de poder y a los periodistas en testigos poco convenientes. Si sumamos la inconveniencia al juego sucio, el resultado es un montón de periodistas muertos. El caso de José Couso es un símbolo porque si, habiendo emitido por televisión la confesión del soldado que recibió la orden de disparar a bocajarro al hotel de los periodistas,  ha terminado en nada, es que los ejércitos de los que rigen el mundo tienen licencia para matar y somos muy ingenuos si creemos que los Guantánamos y los civiles asesinados no ponen nuestras barbas a remojar. Los intereses son tan grandes como para matar a extranjeros, a compatriotas y a lo que haga falta y el vídeo, descubierto esta semana, que muestra como soldados norteamericanos matan a un fotógrafo de Reuters no hace más que confirmarlo. Es cierto que estas cosas siempre ocurren lejos pero es que Couso y Anguita y otros eran de aquí y luego pretenden que creamos en ejes del bien y del mal.

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