Planeta Axel

Hargreaves se disfraza de Cristiano

Cuando todo el mundo esperaba un lanzamiento directo de Cristiano Ronaldo –la falta estaba en una de sus posiciones favoritas-, Owen Hargreaves asumió la responsabilidad y, con mucha calidad, superó la barrera del Arsenal e introdujo el balón en la portería de un Jens Lehmann que sólo pudo contemplar el gol. Un tanto que puede valer medio título para el Manchester United y que tuvo un enorme valor simbólico, como para asustar a los rivales: más allá del genio de Madeira, hay actores secundarios, incluso los más inesperados, capaces de desequilibrar un partido con su talento. El equipo de Ferguson le ganó al Arsenal (2-1) en un encuentro emocionante y disputado, quizá más de lo esperado.

Si las bajas y el golpe anímico de Anfield no eran suficiente carga para el conjunto de Wenger, Almunia se lesionó en el entrenamiento del viernes y Lehmann ocupó su puesto. Senderos, que recibió muchas críticas tras sus errores en Liverpool, se quedó fuera de la convocatoria y fue sustituido por el joven Alex Song en el centro de la defensa. El pronóstico, ya de antemano favorable al United, se decantó aún más hacia el local. Sin embargo, el Arsenal jugó un partido decentísimo, y sólo con un poco más de acierto en el remate se habría llevado algún punto de Old Trafford. Perdió y se despidió de la pelea por el título, pero lo hizo con orgullo y grandeza.

El partido tuvo ritmo, intensidad y tensión. Ferguson lo planteó con un centro del campo rocoso –Hargreaves y Carrick juntos, algo difícil de ver en la Premier- y con Park recompensado con la titularidad por sus buenos encuentros recientes. Wenger dejó fuera a Walcott, relegado al papel de revulsivo, escoró a Van Persie a banda izquierda y dio libertad a Hleb para que apoyara a Adebayor, único delantero puro. Los dos hombres más adelantados tuvieron las más claras del primer tiempo, pero tanto el togolés como Rooney, en acciones casi consecutivas, fallaron ante Lehmann y Van der Sar.

Tras el descanso, los hechos se precipitaron. Van Persie puso un centro medido y Adebayor –aparentemente con el brazo-, remató a gol. Pero Gallas cometió una torpeza en la jugada siguiente y tocó el balón con la mano en la propia área. Era una acción sin peligro, pero al francés se le escapó el balón y abrió el brazo en un gesto instintivo. Cristiano Ronaldo lo transformó –tuvo que lanzarlo dos veces debido a una paradiña- y Ferguson metió enseguida a Tévez y a Anderson. Se respiraba clima de remontada en Old Trafford, y el presagio se hizo realidad con el golazo de Hargreaves (72’). El Arsenal se fue hacia arriba y pudo empatar en dos cabezazos de Bendtner, pero Van der Sar estuvo inconmensurable.

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