No hubo sorpresa. Ganó el mejor. El Manchester United se alzó con su decimoséptimo título de la liga inglesa y ya está a sólo uno del Liverpool. Fue además el décimo de la era Premier League, todos ellos conseguidos con Alex Ferguson en el banquillo. Y lo garantizó un gol de Ryan Giggs, justo el día en el que el galés igualaba a Bobby Charlton en el récord de 758 presencias con la camiseta de los red devils. El técnico escocés lo celebró saltando como un niño bajo la lluvia torrencial que caía sobre Wigan, en un JJB Stadium plagado de seguidores visitantes que aprovecharon la proximidad geográfica para celebrar junto a sus jugadores la consecución del campeonato.

No fue tan fácil como se podía pensar. El United tuvo que sufrir en el primer tiempo, cuando los locales pidieron un penalti por manos de Rio Ferdinand. También en un par de ocasiones que se perdieron desviadas por poco. Pero cuando Cristiano Ronaldo transformó una pena máxima cometida sobre Rooney (33’), pareció obvio que la gloria no se les podía escapar. Ya sólo sufrieron en un remate de Heskey. Y cuando el galés legendario definió con frialdad (80’), el campeón supo que nadie podía cruzarse ya en su camino.

La noticia del 0-2 de Wigan llegó enseguida a Stamford Bridge. El Chelsea bajó los brazos y vio cómo incluso el Bolton le empataba el partido, neutralizando el gol de Shevchenko. Para que la diferencia entre los dos primeros ya no se limitara al average. Muy cerca de allí, la hinchada de Fulham celebraba la permanencia gracias al triunfo de su equipo en Portsmouth merced a un cabezazo de Murphy. Bajan Reading y Birmingham.