Planeta Axel

"De Klassieker" vuelve a estar de moda

Le llaman De Klassieker –que, como puede deducirse, es la traducción al holandés de El clásico-, pero también podrían denominarlo El derbi del agua. Y es que el choque de máxima rivalidad que enfrenta a los equipos más importantes de las dos mayores ciudades de Holanda –y que vivirá mañana (12:30) una nueva edición- entiende mucho del líquido elemento. Si Rotterdam posee el mayor puerto de Europa, Amsterdam es una de las ciudades con más canales del continente.

Por mucho que el PSV haya obtenido grandes éxitos en las últimas décadas, el conjunto de Eindhoven no ha podido romper el carácter especial que ofrece un duelo entre Feyenoord y Ajax. El equipo de la Phillips no cuenta con una masa de aficionados que trascienda más allá de su pequeña localidad. En cambio, la enemistad entre los conjuntos de las dos grandes metrópolis del país se extiende por todo el territorio nacional.

Es curioso lo del Feyenoord. El equipo debe su nombre a un barrio de Rotterdam y ha acabado por representar a toda la ciudad, o al menos se ha convertido en su equipo dominante. De hecho, el distrito en cuestión se llama Feijenoord, pero el club sustituyó la partícula ij por una y en 1974 para facilitar la pronunciación a los extranjeros. Es por la misma razón que podemos ver escritos nombres como Van Nistelrooy o Kuyt como Van Nistelrooij o Kuijt. La segunda opción es más auténtica, más holandesa, pero cuando sus apellidos se internacionalizan se sustituye por la primera.

En Rotterdam esperan el encuentro de mañana con mucho entusiasmo. Le tienen ganas al Ajax, que les ha ganado los últimos cuatro clásicos y que les infligió dos dolorosas goleadas la pasada temporada: un 0-4 en De Kuip –que pudo ser aún más amplio- y un 4-1 en el Arena. Además, la afición del Feyenoord vuelve a creer en su equipo y espera confirmar esas buenas sensaciones derrotando al eterno rival. La pasada campaña fue terrible: terminaron séptimos, fuera incluso de los puestos que dan acceso a disputar un play-off para acudir a la Champions –en Holanda funciona así: el primero va directo y del segundo al quinto disputan unas eliminatorias para determinar a su acompañante-. La actual situación es mucho más esperanzadora: comparten liderato con su gran enemigo, por lo que el partido tendrá además ese aliciente añadido a efectos de clasificación.

Este cambio radical en el rendimiento del gigante de Rotterdam se debe a los movimientos que se produjeron en verano: llegaron futbolistas experimentados como Roy Makaay, Gio van Bronckhorst, Kevin Hofland o Tim De Cler. También regresó Bert van Marwijk, el último entrenador que levantó un título para el club, la UEFA de 2002. El experimentado técnico holandés –cuya hija, por cierto, está casada con Mark van Bommel- consiguió la cesión del prometedor turco Nuri Sahin, al que él mismo hizo debutar en el Borussia Dortmund con sólo 16 años. Ahora tiene 19 y está siendo una pieza clave en este Feyenoord renacido.

Aunque tenga los mismos puntos, en el Ajax no hay tanta satisfacción. La doble debacle europea –primero en la previa de la Champions ante el Slavia de Praga y luego en la UEFA contra el Dinamo de Zagreb- ha dañado la imagen exterior del club, que deberá centrarse ahora en los torneos locales. La marcha de Ten Cate, aunque deseada por una parte de la afición y la directiva, incidió aún más en esa sensación de inestabilidad. Su sustituto se llama Adrie Koster y no ha tenido una carrera brillante en los banquillos. Cuando el ex ayudante de Rijkaard se fue, él estaba dirigiendo la cantera del club, así que le subieron al primer equipo. Por ahora lleva tres victorias y un empate.

De Klassieker tendrá presencia española. Se espera que Gabri y Luque sean titulares en el conjunto de Amsterdam y a Urzaiz probablemente le tocará estar en el banquillo. Aunque el hombre del momento en el Ajax es uruguayo: se llama Luis Suárez y ya está en la agenda de los grandes del continente.

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