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Escocia amenaza a las finalistas de Berlín

Dieciséis meses después, el fútbol se atreve a discutir el veredicto de Berlín. Allí, en la capital de Alemania, Italia y Francia fueron coronadas como las dos mejores selecciones del mundo. Sólo las separó una tanda de penaltis. Ahora, un equipo que ni llegó a la frontera, una escuadra que se pasó aquel verano de 2006 de vacaciones, puede impedir que una de las dos finalistas del último Mundial acuda a la Eurocopa. Y como la historia posee un aire de irónica simetría, es precisamente la que levantó la copa la que se siente más amenazada.

Las reglas del juego dicen lo siguiente: si Escocia gana a Italia en Hampden Park esta tarde (18:00), el conjunto de Alex McLeish se clasificará matemáticamente para la cita de Austria y Suiza. La otra plaza quedará aún en el aire, pero será para Francia si el equipo de Domenech es capaz de sacar un empate de Ucrania el próximo miércoles. En caso contrario, serían los de Donadoni los que se meterían –o sea, que Italia, si pierde hoy, necesita que los galos pierdan también su último partido-. Cualquier otro resultado que se produzca en Glasgow eliminaría al equipo británico y supondría el billete para las dos finalistas de Berlín. Así que, aunque suene a surrealismo puro por su creciente enemistad, Francia apoyará esta tarde a Italia.

El ambiente, sobra decirlo, será espectacular. Tanto, que Alex McLeish se ha atrevido a cuestionar si los transalpinos han jugado muchas veces en un escenario como ese estando en situación crítica. Reconoció que son maestros en conseguir el resultado necesario, pero no cree que puedan presumir de haberlo conseguido ante hinchadas tan hostiles como la que se encontrarán en Hampden Park. El seleccionador escocés admitió que en Georgia perdieron una oportunidad de oro –perdieron 2-0 en su último encuentro-, pero también saca pecho por la actual situación: "Antes de empezar habríamos firmado estar a un partido de la clasificación. Nadie nos daba opciones en el grupo de la muerte".

Donadoni contraataca y apunta que el miedo, si alguien debe tenerlo, está en el bando escocés. Él se dedica a lo suyo: elegir un once de garantías para conseguir el punto necesario. Con la única duda del tocado Oddo –al que sustituiría Panucci-, parece que la alineación está clara. Formará con un 4-3-3, con un trivote muy milanista –Gattuso, Pirlo, Ambrosini- y con un tridente con perfiles complementarios –Camoranesi, Di Natale y Toni-. La idea del técnico es que el italoargentino retrase su posición cuando tenga el balón el contrario y pueda convertir el esquema en un 4-4-2. La solidez azzurra parece indiscutible.

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