Planeta Axel

El peligro llegará en cuartos de final

En el fútbol europeo todos se conocen. Son ya muchos años de torneos de selecciones, de fases clasificatorias y de coincidencias en Mundiales. Es normal que los sorteos deparen siempre enfrentamientos morbosos. Que haya antecedentes que añadan interés a los partidos. Que la historia aparezca de repente centésimas de segundo después de que se saquen las bolas. Todo eso ya lo sabíamos. Pero no imaginábamos que la gala de ayer en Lucerna nos dejara tantos titulares. Tantos duelos picantes. Tantas citas con contextos especiales.

Ya se conoce la composición de los grupos de la primera fase de la Eurocopa 2008 y no hay ninguno en el que no se vaya a ver algún partido de enorme rivalidad o con precedentes recientes muy recordados. Además de ese guión tan atractivo en lo general, el sorteo deparó un grupo más bien accesible a la selección española en lo particular, siempre teniendo en cuenta el nivel alto de la mayoría de equipos que se clasifican para una fase final. Se evitaron los grandes cocos y la lógica indica que España debería ser primera, por mucho que ninguno de los tres partidos iniciales vaya a ser cómodo.

La mala noticia llega después. En cuartos de final, la ronda maldita. El grupo de la muerte es el que se cruza con el combinado de Luis Aragonés, por lo que Holanda, Italia y Francia se perfilan en el horizonte. Ya sea siendo primeros o segundos, los jugadores españoles tendrían compromisos durísimos en la ronda de ocho y en las semifinales. Pero eso tampoco es una novedad prodigiosa: si se quiere ganar una Eurocopa hay que ganar a los mejores.

Volvamos al morbo. En el auditorio de Lucerna se escucharon varias exclamaciones. La primera, cuando el sorteo emparejó a Suiza con Turquía. No olvidemos que en la fase de clasificación del último Mundial, ambos combinados se midieron en una repesca disputadísima que terminó con una batalla campal, agresiones en el túnel de vestuarios, sanciones muy duras a varios jugadores y destierro de la selección otomana, obligada a jugar lejos de su país.

Segundo sobresalto: el bombo sitúa a Francia en el grupo de Holanda, empezando a configurar un cuadro terrible. Eso se quedó en nada cuando a la terna se sumó Italia, actual campeona del Mundo y gran rival de la selección gala en los últimos años –probablemente protagonizan el mayor clásico contemporáneo del fútbol europeo-. Domenech y Gattuso se mandaron recaditos hace un par de semanas, y a los dos, que son guerreros, les encantará reeditar la batalla de Berlín.

Más lejos en el tiempo hay que irse para entender por qué el cruce de Austria con Alemania provocó tanto asombro. De hecho, hay que consultar libros de historia y geografía. Países vecinos que comparten lengua, un encuentro entre ellos no es uno más.

Y el grupo de España, en el que quizá no haya una rivalidad tan marcada, no deja de ser curioso que el cartel sea casi idéntico al de 2004. Sólo cambia Suecia por Portugal.

Si la parte del cuadro en la que ha caído el equipo de Aragonés parece repleta de favoritas, la otra está más despejada. Alemania y Portugal se postulan como claras candidatas a finalistas.

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