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El final de los invictos

Eran los dos únicos equipos de la Premier que aún no habían perdido y ambos conocieron el amargo sabor de la derrota este fin de semana. Lo hicieron cuando nadie lo esperaba, ante rivales de la mitad baja de la tabla que firmarían ahora mismo la salvación de la categoría. El Liverpool en Reading, el Arsenal en Middlesbrough. Si es cierto que tanto uno como otro pueden excusarse en factores externos –el arbitraje para los de Benítez, las lesiones para los de Wenger-, no deberían pasarse por alto algunas decisiones de sus entrenadores muy controvertidas.

El colegiado Andre Marriner tuvo mucho que ver con la derrota de los reds en el Madejski Stadium. Señaló pena máxima a favor del Reading en una infracción que se produjo fuera del área –aunque era difícil verlo en directo- e ignoró dos penaltis claros sobre Fernando Torres con 1-1. Sin embargo, hubo algo en el planteamiento del técnico español que volverá a levantar críticas. Dio la titularidad por primera vez en Premier a un inexperto central de 19 años –Jack Hobbs- teniendo a Sami Hyypiä en el banquillo. La zaga se resintió, mostrándose mucho más insegura de lo que es habitual. Ya perdiendo por dos goles, Rafa arrojó la toalla y retiró a Torres y a Gerrard. Si el cambio del ex delantero atlético puede entenderse porque había recibido un golpe, el del capitán es menos comprensible: quedaban veinte minutos, suficiente como para pensar que un gigante aún tenía opciones de sacar algún punto en el campo de un modesto. En el fondo de estas elecciones de Benítez está una cuestión de constante debate: da prioridad absoluta a la Champions y se deja puntos vitales en la competición local por su excesiva afición a las rotaciones. El problema es que si el martes cae en Marsella, las críticas aún serán más duras.

En Middlesbrough, el Arsenal echó de menos a tres de sus titulares habituales: Hleb, Flamini y Cesc. Sobre todo al catalán. Pero más aún viendo la alineación que sacó Wenger, dejando fuera al jugador más parecido a Fàbregas que tiene en la plantilla –el joven brasileño Denilson- y apostando por un doble pivote formado por Gilberto Silva y Lassana Diarra, ambos de características defensivas y poco dotados para la creación. De esta forma, los gunners no tuvieron nunca el control del juego y se vieron superados por la agresividad del rival, como ya había sucedido en Newcastle el miércoles pasado exactamente con el mismo once inicial de los londinenses. Cuando el técnico galo quiso rectificar, sus futbolistas ya estaban demasiado frustrados y el rival se sentía con fuerza y moral para derrotar al líder. Viendo los últimos precedentes, se presume fundamental que Cesc se recupere a tiempo para medirse el próximo domingo al Chelsea.

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