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PSV: la regeneración permanente

Eindhoven es una ciudad industrial y su equipo de fútbol se comporta como una máquina: preciso, regular, efectivo, contundente. Alejado del glamour, el arte y la belleza que se respira en la capital Amsterdam, sede de ese Ajax que produce futbolistas constantemente pero que en la actualidad es incapaz de encadenar dos temporadas exitosas. El PSV, en cambio, se ha instalado en la excelencia. Ha dejado prácticamente sentenciada la Eredivisie 07-08, que se convertiría en su cuarto título consecutivo y en el séptimo en nueve años. A esto se le llama dominio incontestable.

El sábado, con una facilidad pasmosa, el equipo de la Phillips ganó en Alkmaar (0-2), completando un triplete de victorias foráneas realmente llamativo. En un mes, el líder ha visitado a los otros tres equipos grandes del campeonato (Feyenoord, Ajax y AZ) y los ha derrotado a los tres. Dos consecuencias positivas: el equipo demostró su superioridad y liquidó los tres duelos más complicados de su calendario. Ya no quedan grandes piedras en el camino, algo que junto a la diferencia de ocho puntos sobre el segundo hace pensar que la liga está casi finiquitada.

Y lo más meritorio es que el PSV debe regenerarse cada verano. Sus estrellas emigran continuamente a los grandes de Europa y debe hacer auténticos milagros para sustituirlas. Esa condición de club trampolín también se ha apreciado en el banquillo, de donde en los últimos años han emigrado Hiddink y Koeman aceptando ofertas foráneas. Y pese a todo ello, el equipo sigue ganando. La magnífica estructura en la dirección deportiva permite cazar a talentos que pronto se convierten en piezas fundamentales.

Alex, Arouna Koné y Manuel Da Costa han dejado Eindhoven recientemente. Pero nuevamente se ha trabajado con acierto y sus ausencias no se notan. El último ejemplo, el del húngaro Balázs Dzsudzsák, un centrocampista zurdo de 21 años firmado del Debrecen. En un mes en Holanda ya ha dejado boquiabiertos a todos los analistas, ganándose un puesto de titular y rindiendo a un nivel altísimo. Él, al igual que Otman Bakkal, un canterano que se pasó las últimas tres campañas cedido en equipos menores, representa a la perfección esta regeneración constante del PSV. Nombres nuevos, eficiencia eterna.

Mientras en Eindhoven celebraban su triunfo trascendente, el Ajax se llevaba ayer el clásico ante el Feyenoord (3-0) para mantener una mínima opción de pelear el título. Pero lo tiene complicadísimo: aún le queda visitar a Heerenveen, Groningen... y PSV.

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