Por encima de nuestras posibilidades

Un vasallo en la corte del emperador

Javier Couso Permuy - Trabajador audiovisual y activista contra la impunidad

Resulta bochornoso ver el ejercicio de servilismo desplegado por Rajoy en la visita al presidente de los Estados Unidos, bochorno acrecentado por el tono almibarado de la mayoría de los medios que bordan su labor cortesana, sea en la corte española o en el epicentro de la potencia global.

Nuestro presidente parece más un fan que es recibido por una estrella mediática, que el representante de la soberanía de un país. Todo pensado al milímetro para adular al amo en una mala copia de la comparecencia de un virrey ante un emperador absoluto.

La visita al cementerio de Arlington, para homenajear a los soldados estadounidenses caídos en combate, hace daño, sobre todo cuando no se compensa con el interés por los reiterados incumplimientos del auxilio judicial pedido por el Magistrado Santiago Pedraz en la investigación del asesinato de José Couso o por recibir una explicación creíble sobre este asesinato, basada en una investigación independiente en el marco de la relación bilateral de dos naciones aliadas que defienden, al menos en teoría, el Estado de Derecho.

No solo no hubo intención de preguntar sobre un compatriota español sino que se blindó la comparecencia ante los periodistas impidiendo la asistencia a medios que podrían haber puesto en apuros a Rajoy, como le sucedió a Aznar cuando se reunió con Bush en la Casa Blanca.

Vaya por delante que no estoy pidiendo una acción agresiva ante Estados Unidos, ni un desaire, ni una protesta airada, pero sí el ejercicio de la dignidad y de la soberanía nacional de un gobierno que debe defender el interés de sus ciudadanos en el exterior.

Somos un país pequeño, pero también una potencia media que además de ser parte de la UE es, aunque me pese, socia de EEUU en la Alianza Atlántica. Y no somos un socio menor ya que las bases cedidas al país norteamericano son importantes piezas en el despliegue global estadounidense. En el caso de Rota, es el pivote para la proyección sobre África y Oriente Medio, además de ser parte del llamado Escudo Antimisiles con destructores y fragatas dotadas con el sistema AEGIS. Si nos referimos a Morón, esta instalación ostenta un puesto de primer orden en la estrategia de rutas globales como ancla en la ruta central Atlántica además de ser el cuartel donde se ubica la fuerza de reacción rápida para operaciones en el Sahel.

Está claro que hay posibilidad de presión si el interés fuera el de tener una política exterior independiente y sí, hay mucho que preguntar en Washington, muchos aspectos que afectan a nuestra seguridad como el espionaje de la NSA en suelo español o el uso de aeropuertos civiles para el traslado de personas secuestradas por la CIA, o las presiones para impulsar la Ley Sinde o los aspectos oscuros en la legalidad laboral y de comercio del Tratado de Libre Comercio con Europa. Pero me temo que más que política exterior independiente, el vínculo atlántico, defendido como consenso de estado por los partidos que han gobernado España, supone la supeditación de nuestro país a los intereses angloamericanos.

Por eso, ante gobernantes que confunden muchas veces su nación con la defensa de las prioridades estratégicas estadounidenses, necesitamos representantes que, sin olvidar nuestro peso en el mundo, defiendan la independencia y la soberanía.

Y por favor, señor Rajoy, disimule algo el comportamiento de perrito acariciado por su dueño, se supone que es usted el presidente de una nación soberana, no el gestor de un protectorado.

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