Por encima de nuestras posibilidades

Más cerca de ganar Madrid

Jorge García Castaño
Concejal de IU en el Ayuntamiento de Madrid

Tras las elecciones europeas entramos en una nueva fase en el corto ciclo electoral que muy probablemente defina el futuro político del país por varias décadas. Cada vez está más claro que la brutal crisis económica, una profunda crisis orgánica del capitalismo español, se ha llevado por delante buena parte de los consensos de la Transición y la legitimidad de los partidos del régimen para controlar la situación. Tras años de saqueo es absolutamente imposible que las élites patrias sigan identificando con éxito sus propios intereses con los del conjunto del país.

La crisis económica ha derivado, como no podía ser de otra manera dada la especificidad del caso español, en una profunda crisis de régimen y esto ha tenido su  reflejo electoral en el primer proceso electoral en el que ha podido hacerlo. Esta primera cita, como muchos dijimos antes, será la que marque todo el ciclo electoral.

El siguiente reto son las elecciones municipales y autonómicas. Nos volveríamos a equivocar si pensamos que el comportamiento de los electores va a ser del todo diferente al de las europeas, por más que sean procesos muy diferentes. Es evidente que hablamos de elecciones locales,  que lo municipalista va a tener un peso importante y que nos tenemos que aplicar en aterrizar en el territorio, los programas y los discursos. Pero estas municipales tendrán también una fuerte carga "constituyente": en mayo de 2015 también se va a votar decidiendo entre régimen y democracia, entre élites y pueblo.

La responsabilidad que tenemos las fuerzas democráticas madrileñas en el resultado global del proceso es inmensa. Buena parte de los madrileños no han conocido ningún alcalde progresista tras 26 años de hegemonía de la derecha durante los que  Madrid no sólo ha sido la capital política del reino, sino que ha sido sobre todo la capital del capitalismo español. Aquí se han ensayado las políticas neoliberales más duras, se ha desmantelado lo público para ponerlo en manos de oligopolios fuertemente vinculados al BOE, se ha consolidado una forma de gobierno profundamente corrupta depredadora de todo tipo de bienes comunes, se ha instalado una corte de oligarcas a la sombra del poder político muy bien protegidos por medios de comunicación dóciles. La posibilidad que ahora tenemos para derrotar este modelo es histórica, puede ser única y es muy probable que tenga enormes efectos políticos para el sistema político español.

Es en la capital donde se han dado buena parte de las luchas sociales más potentes durante el ciclo de movilización que empieza con el 15M. El desarrollo de las mareas, las luchas sindicales, las movilizaciones por el derecho a la vivienda, las redes de solidaridad popular, la proliferación de proyectos de economía social o de nuevos medios de comunicación, hacen de Madrid uno de los territorios donde más golpeado está el proyecto de las élites. No hay que ser muy "populista" para constatar que se está construyendo una nueva subjetividad que agrupa sectores sociales provenientes de muy distintas trayectorias y espacios políticos o de ninguno. Un nuevo sujeto popular, plural y heterogéneo, cada vez más unificado frente a unas élites incapaces de responder a la nueva situación.

El reto es conseguir que ese sujeto se convierta en el sujeto del cambio político, que conconquiste una mayoría electoral. Para eso entendemos que es básico trabajar por la confluencia de los distintos espacios políticos actualmente existentes y los movimientos sociales, garantizando el protagonismo de la gente durante todo el proceso. No parece conveniente que tengamos que pensar en diseñar un proceso perfecto sobre el papel, sino más bien consensuar un marco donde todo el mundo pueda estar más o menos a gusto, teniendo claro que el objetivo de todos es llegar juntos al final del proceso.

Hace ya algunos años que muchos trabajamos con la hipótesis de una victoria electoral en Madrid en 2015 pero tras los resultados de las europeas esa hipótesis se está convirtiendo en una posibilidad cada vez más real. La posibilidad de una apuesta de este tipo en Madrid y el lanzamiento de Guanyem Barcelona van a ir perfilando un escenario de victoria y van a tener, sin duda, fuertes efectos en multitud de municipios y comunidades. Se trata de un escenario que ningún actor político transformador puede obviar y desde luego IU no lo va a hacer.

Con este objetivo, IU está dando pasos importantes en los últimos tiempos. En esa línea avanzan los cambios impulsados en el último Consejo Político Federal situando, entre otros, a Alberto Garzón como uno de nuestros referentes políticos fundamentales, apostando por las primarias abiertas o convocando una Asamblea de carácter político-estratégico en otoño. También van a tener mucha importancia los cambios en el Congreso del Partido Comunista de Madrid, situando en la dirección a buena parte de los militantes más volcados en la movilización social y la confluencia con otros sectores, con Álvaro Aguilera como Secretario General.

En IU-Madrid, tras un año difícil en el que los conflictos internos nos han podido lastrar en alguna medida, en abril se consiguió superar el conflicto interno con una mejor síntesis política entre las distintas posiciones, consolidando un nuevo equipo renovado, unitario y cohesionado. Estos cambios nos permiten salir a la ofensiva en el nuevo escenario político. Que nadie piense que IU en Madrid va a ser una organización débil, replegada identitariamente y cerrada en sí misma. Al contrario, el fortalecimiento de la organización nos va a permitir hablar con otros sin complejos ni sectarismos, aportar al objetivo común de ganar Madrid lo mejor de nuestra organización y su valiosísima militancia.

El próximo 5 de julio celebramos un importante Consejo Político Regional. Queremos que este Consejo sea el de la unidad, el fortalecimiento de la organización y la apuesta por la confluencia con otros y otras. Tenemos la obligación de poner a la organización en las mejores condiciones para afrontar un año que va a ser decisivo para el futuro del país. Nos jugamos mucho en muy poco tiempo y tenemos que estar a la altura.

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