Por encima de nuestras posibilidades

21 F: Conquistar el presente para transformar el futuro

Por Sara Porras Sánchez y Jorge García Castaño

Son ya más de veinte años del gobierno del Partido Popular en Madrid. Veinte años de saqueo, de radiales, de grandes operaciones urbanísticas, de pérdida de derechos... veinte años de gobiernos que nunca supieron estar a la altura de las gentes de una comunidad que, lejos de resignarse, tomó las calles, tomó las plazas y los centros de trabajo y salió a defender lo público —porque defender lo público es defender aquello que nos iguala—.

Frente a este gobierno de hombres y mujeres grises que pretendieron hacer de nuestra región su cortijo, hay un pueblo valiente y solidario que ha sido ejemplo no sólo de resistencias si no sobre todo de victorias.

Desde aquel movimiento vecinal que en los años 70 y 80 se arremangaron las camisas y construyeron sus barrios dotándolos de equipamientos, viviendas sociales y servicios públicos, las gentes de Madrid no han parado de demostrar la capacidad imparable que tenemos cuando actuamos unidos. Y así, rebelándose contra la rutina y los discursos que querían hacernos creer que no hay más patria que los intereses económicos, fueron fraguándose las redes de solidaridad entre aquellas y aquellos que no tenemos más que nuestras manos y nuestros trabajos para sobrevivir.

Madrid nunca fue el escaparate olímpico en el que unos gobiernos crueles quisieron convertirnos, Madrid fue la patria grande de la dignidad. Testigo de calles llenas de alegría que en las que aprendimos a reconocernos y supimos comprender que cuando todo parece perdido sólo podemos vencer. Y así paramos el expolio de nuestra sanidad y del Canal de Isabel II. Denunciamos la tangentópolis que tiene en Bankia el epicentro de todas las corrupciones, demostrando la connivencia de una clase empresarial que encontró en esos gobiernos al cómplice necesario de su gran estafa.

Un movimiento estudiantil y una marea verde que nos recordó que la educación nos iguala a todas y que el conocimiento sólo es tal cuando es compartido. Desde el campamento de Sintel hasta el campamento Coca-cola y las trabajadoras y trabajadores de Airbus a los que no pudieron amedrentar porque estaban peleando por sus propias vidas.

Denunciamos también e hicimos efectivo el derecho a una vivienda digna donde las vecinas y vecinos tuvieron claro que frente a los fondos buitre existe la esperanza de justicia y el anhelo de saberse compañeras en mitad de la tormenta.

Porque si algo han demostrado las gentes de Madrid es la fuerte convicción de que los derechos nunca se conquistaron en los parlamentos si no en las calles y así los y las trabajadoras de Telemadrid hicieron acopio de integridad y valentía, porque un pueblo desinformado es un pueblo preso de las manipulaciones y pelearon por una televisión pública al servicio de la mayoría social.

Todo este recorrido, todas estas luchas compartidas, constituyen nuestro mejor patrimonio, un legado del que sentirse orgullosas y por el que merece la pena arriesgarse. Es el momento, por tanto, de conseguir llevar a las instituciones esta marea imparable.

Sabemos que nos enfrentamos a un bloque compacto de intereses económicos, que nos enfrentamos al gobierno de la Omertá y que el camino no será fácil. Pero sabemos que la historia la escriben los pueblos y cuando la voluntad es unitaria no hay fuerza, por muy poderosa que esta sea, que pueda pararlo.

Este sábado puede ser el inicio del camino que nos lleve a transformar toda esa indignación en una alternativa capaz de ganar y solvente para gobernar. Este sábado estamos todas convocadas a una gran asamblea ciudadana que comience a sentar las bases de esa nueva alternativa. No surgimos de la nada, surgimos de esa parte de la historia que fuimos construyendo desde cada rincón de cada barrio.

Los tiempos son llegados. Ahora, cuando todo se resquebraja, surgimos con mucha más fuerza, porque el futuro es nuestro si somos capaces de trabajar unidas, como hemos venido haciéndolo. Porque no podemos permitirnos no hacer todo lo que esté en nuestras manos para conseguir que las instituciones se pongan a trabajar al servicio de su ciudadanía.

Este sábado, a las 12:00 de la mañana es el comienzo de un esperanza para el presente y para este trabajo estamos todas y todos convocados, porque el camino será difícil pero si vamos juntas y juntos podremos conseguirlo.

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