Punto y seguido

El Defensor del animal, al Parlamento

Perseguidos por tierra, mar y aire, no hay lugar donde puedan estar a salvo de nuestra amenaza. Los seres humanos no sólo descargamos la brutalidad contra nuestros congéneres. No hay ser vivo que se libre en el planeta de nuestra violencia.
Y la ejercida contra los animales, dirigida a la satisfacción del complejo de grandeza del ser humano, es la más abyecta humillación de la ética y de la compasión. La brutal tortura a los toros sólo es la punta de iceberg. Horror es lo que sucede de puertas adentro en granjas, mataderos, laboratorios, circos y también en muchos hogares.
"Ni a un perro se le trata así", es una expresión que hace referencia a la saña entre los humanos. ¡Cómo les tratamos para que se conviertan en el ejemplo de nuestra crueldad!
El contrabando de animales exóticos mueve miles de millones de euros al año, y eso que sólo uno de cada diez llega vivo al comprador final. Las aduanas son testigos del horror que sufren: tortugas inmovilizadas por cinta adhesiva a punto de perecer; papagayos colocados junto al motor del vehículo del traficante, asustados y expuestos a ser literalmente asados; loros envueltos en calcetines o guardados en el doble fondo de una maleta.
Promover medidas educativas que fomenten auténticos

valores de armonía con el medio desde la infancia y reconocer
el derecho de los animales a vivir libres de dolor es algo imprescindible en una sociedad avanzada.
El uso de animales en espectáculos como los que ofrecen los circos debería estar prohibido. El balanceo de un oso o el bipedismo de un elefante son sólo fruto de prolongados castigos físicos con varas de metal, collares de ahorque, electrocuciones en aros que perforan zonas sensibles, entre otras torturas.
Es necesaria una ley nacional de protección y defensa de los animales y también la creación de la figura del defensor del animal –como ya existe para otros sectores potencialmente vulnerables, como el paciente o el menor– que garantice el cumplimiento de la normativa protectora y canalice las denuncias ciudadanas. Se debe regular la cría de los animales y su mercado para impedir que se adquieran como si fueran chucherías.
Dice el filósofo Jesús Mosterín que si dibujáramos un mapa iluminado del dolor, de las granjas-fábrica, mataderos y camiones de transporte ganadero emanarían grandes manchas de luz que señalarían las atrocidades perpetradas por el homo sapiens.

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