Carta con respuesta

Es esta vida

En muchas ocasiones, los secuestros familiares no son tan crueles y sensacionalistas como en ocasiones aparecen en los medios de comunicación, son situaciones sutiles que mayormente se dan en la pareja, y que consisten en que la parte dominante y sádica de la pareja priva a la otra parte de que mantenga una razonable relación con su familia directa, si no quiere sufrir las consecuencias, que consistirían básicamente en hacerle la vida lo más desagradable posible, por lo que por una pura cuestión de "supervivencia" la parte pasiva y buena de la pareja acepta su papel de rehén a cambio de aderezar su vida de tranquilidad y sosiego, aunque sea a costa de su irremediable y apesadumbrada mala conciencia.

MANU B. RODRÍGUEZ MARTÍN BILBAO

Será por los frecuentes novillos que hacía en el cole, será por mi particular metabolismo o será porque me distrae el vuelo de una mosca, no lo sé, pero lo cierto es que sólo pienso a través de ejemplos, tengo una (escasa) inteligencia deíctica, que necesita señalar con el dedo. ¿A qué se refiere? Por ejemplo, este caso tan repetido: un matrimonio en el que la señora se ha enemistado con los suegros y cuñados (para no hablar de los legendarios "amigotes" del marido) y, cada vez que el hombre propone ir a comer a casa de su hermano, ella tuerce el gesto. El tipo sabe que, si van, lo pagará con varios días de mal humor, comentarios venenosos y abominables comparaciones, así que decide poco a poco ir dejando de ver tanto a su propia familia, sólo para tener la fiesta en paz. ¿Es a eso a lo que se refiere?

Bueno, en ese caso, creo que tampoco hay que sacar las cosas de quicio. Ni es un secuestro, ni la mujer es "la parte sádica de la pareja", ni el marido puede considerarse un auténtico rehén. Algo parecido pasa en todas las parejas, porque, como dicen en mi pueblo, es la vida lo que "non tien igua", lo que no tiene arreglo. Esta vida.

Como no soy humanista, no creo que existan sentimientos universales humanos, blindados y al margen de la vida real que vivimos. Amarse no significaba lo mismo para el muy noble Garcilaso que para su mozo de cuadra. Las relaciones personales se elaboran en el mismo troquel que el resto, relaciones laborales, internacionales, etc. Es decir: son una lucha por el poder. Cada uno lo ejerce como puede. ¿Es posible que nos relacionemos de otro modo? Sí, claro, pero habrá que cambiar la forma en que vivimos, arreglar esta vida, no sólo nuestra relación de pareja. ¿Una pareja aislada puede evitar la relación de dominio y convivir libres e iguales? Lo puede intentar, pero yo creo que es como montar una gran empresa cooperativa e igualitaria en el mercado actual. Se puede hacer, pero no espere encima ganar dinero.

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