Carta con respuesta

Gatomaquias

No hace mucho, en Cataluña, las autoridades educativas impusieron una guía sexual gratuita para niños a partir de 10 años. También a través de los impuestos de los padres que no estábamos de acuerdo, los centros escolares promovieron la homo o la bisexualidad y aberraciones varias, maleando a nuestros hijos antes de abandonar su infancia. Estas guías no fueron retiradas a pesar del daño moral infligido a los menores. Sin embargo, en Madrid, otra guía repartida en un hospital público que aconseja la abstinencia sexual advierte de los fallos del condón y de las consecuencias nefastas para las relaciones sexuales que implica la masturbación, o define la homosexualidad como alteración conductual, ha levantado un gran escándalo público. Estamos ante una sociedad tan permisiva que fiscaliza la verdad y ensalza al promotor del vicio.

ISABEL PLANAS VALENCIA

No hace mucho, en Chamberí, me encontré a un amigo y me preguntó dónde iba. A llevar a mi hija a la catequesis. El tipo se mostró asombrado y contrariado, tanto que me preguntó si yo era estaba "a favor de eso". Le dije que yo no, pero mi hija sí, y que yo soy partidario de la felicidad (y de la libertad). Me quedé pensando que, aparte de tonto perdido, mi amigo era igual de meapilas, intolerante y déspota que esos que quieren impedir que a sus hijos les enseñen Educación para la Ciudadanía. Aunque estoy convencido de que el catolicismo inflige un daño moral irreparable, peor me parece la censura o imponerle a mi hija mis propias creencias: los hijos no son propiedad de sus padres. Yo no reclamo, como usted, que retiren todos los catecismos.

Además, de qué se queja: ninguna de las dos guías fue retirada, que yo sepa. ¿Le molesta que una de ellas, la intolerante, provoque escándalo? ¿Le gustaría que su escándalo ante la otra guía, la tolerante, fuera compartido por más gente? Pues siento desilusionarla: son muy pocos los que conciben la homosexualidad como una aberración. Y somos muchos los que pensamos que la masturbación (a solas o mejor todavía si es mutua) nada tiene de malo.

A usted le parece que esta sociedad está echada a perder. Vale, pero por suerte ustedes son cuatro gatos dando voces. A mí me hacen gracia, como me la hacen todos los que sostienen con empeño y fe de carbonero extravagancias (esperantistas, herbívoros o esas chicas que desayunan un pomelo), pero creo que la mayoría ya está hasta la coronilla de sus maullidos.

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