Carta con respuesta

Arte conceptual

Rodríguez Zapatero, apuntándose al éxito de España en la Copa Davis, ha anunciado que en la próxima remodelación del Consejo de Ministros creará un Ministerio de Deportes. ¡No, por favor! Si precisamente el deporte español ha cosechado tantos éxitos últimamente en muchas modalidades deportivas es precisamente porque ha estado gestionado por la sociedad civil sin que el Gobierno tuviera nada que ver en ello. Mejor que todo continúe como hasta ahora y que el Gobierno no meta mano en el asunto, no sea que se nos acabe la buena racha.

ALBERT MASÓ PORTABELLA CABRERA DE MAR (BARCELONA)

Eso no me lo creo ni harto de vino: la cantidad de esfuerzo y de dinero público que se ha utilizado en el deporte no ha sido calderilla. Lo malo es que la premisa del gasto público es, como siempre, la de tirarse un pedo en botijo, para que retumbe más fuerte. Es decir, el dinero se gasta en lo más visible, pero no en lo más necesario. Mucho deporte de competición, muchos éxitos (como dice usted), juegos olímpicos, medallitas y titulares de prensa, pero muy poca ayuda al deporte de base. Vaya a ver el equipamiento deportivo de cualquier colegio público: si tienen dos balones, ya es un lujo. Lo mismo pasa en cultura, por ejemplo: muchos viajes para escritores famosos, premios y otros caramelos, pero un número de puestos de lectura en bibliotecas que produce vergüenza. Barceló, sí: 30.000 kilos de pintura, si hace falta; material para colegios: con una caja de rotuladores van que arrean. Cientos de escritores a Fráncfort, sí; bibliotecas escolares, ¡amos anda! Ése es su lema (y nuestro problema).

Como sólo se trata de sacar pecho y ponerse la medalla, es indispensable crear un ministerio. Hay que salir en los papeles, pavonearse por ahí, acompañar a los deportistas famosos, recibir parabienes... No es agradable, amigo, pero ¡alguien tiene que hacer el trabajo sucio!

Lo único importante, como tal vez diría José Blanco, es el concepto (y la publicidad y salir en la foto). El deporte es positivo, ¿verdad? Por tanto es indispensable un ministerio, aunque sólo sirva para demostrar la importancia que se concede al deporte. Crear un ministerio es como subrayar en rojo en un libro los conceptos elementales: por eso el de Defensa (antes de la Guerra) acabará siendo de la Paz. Y no tardará en llegar el ministerio de la Tolerancia, el de la Solidaridad y el de la Dieta Mediterránea (el nombre de Ferrán Adrià ya suena en Moncloa para ministro).

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