Carta con respuesta

Que no la visiten

Que España es un Estado laico es una cuestión que no acaba de quedarme clara. Y es que los votos mandan. Y el Gobierno socialista sopesa esos más de dos millones de votantes católicos, y acaba poniéndose mantilla para acudir a rezar el rosario. ¿Cómo puede un Estado aconfesional prometer que no va a facilitar la apostasía? El hecho de mantener relaciones diplomáticas con líderes religiosos no implica doblar la cerviz ante sus planteamientos. Hablamos simple y llanamente de valentía. En un país que admite la libertad de culto, resulta incongruente el vasallaje político con el que se rigen sus relaciones con la Santa Sede. El debate de la eutanasia no puede estar determinado por una inspiración religiosa. Quizás resulta imposible que me borren de las listas de la numerosa grey del Vaticano, pero apostatar de un Gobierno que me decepcione en las próximas elecciones no me va a costar ningún esfuerzo.

 

ANA CUEVAS PASCUAL ZARAGOZA

Si usted lo dice, serán los votos; yo creo que el PSOE es un partido de derechas (o facha, como diría Tomás Gómez) y actúa en consecuencia. Este periódico titula púdicamente "El Gobierno evita abrir más frentes con la Iglesia"; yo titularía "Viene un tío con faldas y se bajan los pantalones". Porque no otra cosa es tumbar todas las proposiciones de ley que no le gusten a un cardenal que viene en una muy extravagante "visita privada" (si llega a ser oficial, ¿quién más le habría recibido?). La vicepresidenta, coloreada de penitente para alegrarle las pajarillas al provecto purpurado, va y no sólo le "garantiza" que no se tocará el Concordato, sino también que no facilitarán la apostasía.

Mírelo así: menos mal que no ha ido a ver a Fernández de la Vega el presidente de Telefónica, porque
le habría garantizado que no facilitarán jamás que los clientes se den de baja. Que la señora no reciba nunca al presidente de la patronal: ¡no quiero pensar lo que le garantizaría! Que no venga jamás Obama, porque le entrega El Escorial si se lo pide, empaquetado para regalo.

Todo es más o menos por un estilo. Zapatero se
reúne con los bancos, que acaban de apandar 20.000 millones de euros de dinero público y no dan ni un crédito (se les ha debido de pegar a las uñas), y ¿cuál es el resultado? ¡Que son los bancos los que acaban imponiendo condiciones al complaciente Zapatero! Los ciudadanos les votarán, pero salta a la vista para quién trabajan como buenos empleados, ¿no cree?

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