Carta con respuesta

El arte impuro

Cuando un humorista para vender tiene que ensuciar o ensuciarse, no me parece ni buen humorista ni buena persona, aunque puedo estar equivocado. Por eso estoy seguro de que lo ocurrido a Guillermo y a Manuel es sólo un patinazo, una anécdota para olvidar.
Tienen sentido del humor, captan la realidad con ironía, pero me parece que si se quedan en el ámbito del ‘caganer’ y se estancan ahí les dirán con Shakespeare que "algo huele a podrido".

JOSÉ BERGA GÜELL BARCELONA

No puedo estar de acuerdo, amigo José. ¿Ha leído usted a Rabelais? Léalo y luego me cuenta si un satírico puede o no ensuciarse. Lea a Quevedo. Lea novelas picarescas. ¿Recuerda usted esa poesía impura que buscaba Neruda? "Una poesía impura como un traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición, y actitudes vergonzosas, con arrugas". Siento desengañarle, pero la expresión artística siempre es impura, está por encima (o por debajo) del buen gusto, siempre se ha ensuciado (como dice usted) y lo ha hecho a propósito, desde las pinturas rupestres hasta Apollinaire. El arte puro, la sátira limpia, la crítica respetuosa, etc. son oxímoron, como inteligencia militar, nieve negra o la famosa cabecera de aquel periódico: El pensamiento navarro.

Por eso creo que Guillermo y Manel (que no Manuel) no han "tenido que ensuciarse para vender": pienso que lo hacen por gusto. Quizá le costará entenderlo, pero a los artistas no les da ningún miedo ensuciarse. El problema quizá sea que se referían al príncipe y eso es un tabú. Pues razón de más. La respuesta desproporcionada y ridícula lo confirma: el fiscal aducía que la viñeta era "objetivamente infamante por el dibujo". Es decir, si les hubieran dibujado a ambos defecando, entonces ya no sería infamante (el caganer que menciona usted). Resulta curioso (y muy divertido) que ese fiscal (y al parecer también el juez) considere una infamia follar. ¿O será sólo porque no era en la postura del misionero? ¿Es esa la única posición aceptable y que no resulta tan infamante para nuestra judicatura? Pues lo lamento por ellos y sus parejas: no saben lo que se pierden.

Más aún: no me creo que en realidad la ofensa viniera del dibujo. En el texto lo que se decía es más o menos lo mismo que dijo un cantante que también ha sido denunciado: que la familia del rey y él mismo son unos parásitos. Eso sería lo más parecido a trabajar que he hecho nunca, decía la portada. ¿Es acaso delito opinar que el rey no presta ningún servicio a la sociedad? ¿Es delito no ser monárquico? Pues entonces... ¡se les va a acumular el trabajo a los jueces! Algo huele a podrido, sí: en eso estamos de acuerdo. Lo que pasa es que, en mi opinión, el mal olor no viene de las viñetas de Manel y Guillermo.

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