Carta con respuesta

Los desobedientes

De las propiedades del vino no dejamos de enterarnos. De cuando en cuando nos las recuerdan o nos informan de nuevos descubrimientos, todos ellos muy beneficiosos, para gozo de los negocios bodegueros. Se utiliza incluso para la piel, en masajes o bañeras. Lo último es que media copa de vino al día alarga la vida cinco años. El agua es saludable, pero no da placer al paladar. Otros alcoholes, tomados con moderación, también pueden prolongar la vida, pero sólo dos años en lugar de cinco. Lo malo de vivir dos o cinco años más es que son los últimos, que suelen ser los peores, cuando te encuentras más débil. Tienen que conseguir que con el vino vivamos esos cinco años con plena salud y que pasemos de este mundo al otro sin sufrir, en un tránsito placentero. Estamos cerca de que se descubra ese vino que sea la panacea.

ANTONIO NADAL PERÍA ZARAGOZA

Ni dos ni tres ni cuatro... ¡cinco años más! Y sólo con tomar medio vaso de vino al día. Y de regalo, pero sólo para usted, señora, el peine que peina para delante y para detrás, el pasapuré que utilizan en las misiones de la NASA y una pomada norteamericana que quita el mal humor visto y no visto. Dese prisa, señora, que hoy me he vuelto loco... ¡hoy lo regalo todo! ¿Cuántos le pongo? Llévese otro para su marido: ¡cinco años más de vida conyugal garantizados!

Si yo fuera presidente, prohibiría los estudios estadísticos bajo pena de la vida. Lea mis labios: ¡no más estadísticas! ¿Para qué se hacen encuestas y estudios? ¡Para manipularnos mejor! Abuelita, abuelita, ¿por qué me haces tantas preguntas sobre mis hábitos y qué programas me gustan más? ¡Para comerte mejor! Son el lobo feroz en el corazón del bosque. Al fin y al cabo, no son más que estudios de mercado: sirven para vendernos lo que no queríamos comprar.

Cualquiera adivina que medio vaso de vino (¡un sorbito!) ni quita ni pone años de vida, pero ayuda a las autoridades sanitarias a convencernos de que todo es culpa nuestra. Si nos morimos, algo habremos hecho. El que no viva más que Matusalén es un irresponsable: ¡se habrá saltado alguna regla! Si no fuéramos tan desobedientes, aquí no se moría ni Dios.

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