Carta con respuesta

¿Todos somos hosteleros?

Como todos los años, por estas fechas, tengo que huir de mi casa (no soy la única). Es una semana en la que se nos hace pasar por todo tipo de pruebas a los vecinos: imposibilidad de dormir durante toda la noche, música hasta altas horas de la mañana, bares con barras en la calle hasta que cierran, miles de personas en la calle, suciedad, vómitos, orines, restos de comida. Sólo una pregunta, querido alcalde: ¿Por qué en Madrid, a diferencia de otras capitales españolas, las fiestas duran una semana, las actuaciones son en la calle y se colapsa un barrio entero? Estas fiestas hoy por hoy sólo benefician a los hosteleros que deben hacer cajas sorprendentes a costa de un barrio que está empezando a estar "quemado".

PEPA MORENO MIÑANO. MADRID

Si no son las fiestas del Orgullo Gay, son manadas de vociferantes chupacirios que toman Colón como basiliscos con sotana. O si no, la Noche de los Teatros o de los Libros o de la Prestidigitación. Por si no tuviéramos ya bastante, algunos mentecatos incluso se muestran partidarios de montar unas Olimpiadas.

¿A quién beneficia? Afirma usted que sólo a los hosteleros. ¡Córcholis! ¿Qué quiere insinuar? Toda esa multitud que hace gasto en las barras, llena las calles, baila hasta el amanecer y le quita a usted el sueño, ¿está allí contra su voluntad y se sacrifica sólo para que los hosteleros hagan caja? En ese caso, ¿no merecen un aplauso? Pocos ejemplos de solidaridad tan conmovedores habrá conocido la historia. Hablamos de miles de personas que preferirían quedarse en casa jugando al parchís, pero son conscientes de su responsabilidad y, solidarios con el gremio de hostelería, se arman de valor y se entregan a la ingrata tarea de llenar las calles, bailar y cantar, y hasta vomitan, orinan y ensucian, ¡y todo sin ganas, sólo por echar una mano a los hosteleros en tiempos de crisis! Sublime. Cerrada ovación para estos filántropos.

A usted, a mí y a Javier Marías nos molestarán las fiestas callejeras, pero piense una cosa: ¿qué es esa pequeña molestia comparada con el heroico sacrificio de las multitudes que participan contra su voluntad y sin quejarse de nada?

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