Carta con respuesta

La buena nueva

Las farmacias no son una tienda más, sino una concesión administrativa. Sin embargo, algunas objetarán por razones religiosas a dispensar la píldora postcoital y no les pasará nada. En un hospital público de la Comunidad Valenciana hay un fisioterapeuta que no
atiende a las mujeres. La razón es que es musulmán y su religión se lo prohíbe, y ahí sigue. Médicos aprueban su oposición y luego se niegan a realizar abortos en la pública (y algunos lo hacen en la privada). Ya estoy harto. Las creencias religiosas siempre merecen un trato especial, un cuidado exquisito, suelen ser la única excepción tolerada a la ley. Yo trabajo en una biblioteca pública y voy a quitar todos aquellos libros que no comulguen con mis creencias. Es una broma, no lo haré. El estado o es laico o no es democrático.

MIGUEL HERNÁNDEZ ALEPUZ. VALENCIA

Estoy tan hasta la coronilla como usted, pero agárrese, que vienen curvas. Lo que los del PSOE entienden por Estado laico es un Estado que otorgue parecidas ventajas y muestre idéntica sumisión ante cualquier religión, no sólo la católica. De eso me ha parecido que trata su Ley de Libertad Religiosa o Ley Dos Tazas: más religiones, en lugar de menos. Lo de la objeción, por supuesto, es una vergüenza que pondría colorado a cualquiera que no fuera del PSOE: son tan impermeables a la vergüenza que parecen católicos.

Como Antonio Orejudo, estoy convencido de que no pasaría nada si el Gobierno por fin se plantara ante la Iglesia: el resto de la sociedad hace ya tiempo que la ha dejado plantada. Sin embargo, dada su servidumbre voluntaria y su denodada propensión a ejercer de meapilas y chupacirios, nos queda Iglesia para rato o, peor aún: iglesias.

Lo único que se me ocurre es inventarnos otra religión tan verdadera como las disponibles, pero con preceptos un poco más consoladores. Obligación de cobrar 3.000 euros al mes por veinte horas semanales de trabajo, abstinencia de productos dietéticos, prohibición absoluta de madrugar y oración cinco veces al día, mirando a Cuenca y con libaciones rituales de Mahou de grifo y pepinillo litúrgico en vinagre. ¿Se apunta? A ver si nos respetan igual.

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