Carta con respuesta

A porta gayola

¿Qué pasa con vosotros, troncos? ¿Vais de modernos y ‘progres’, o qué? Ha comenzado la Feria de Otoño en Madrid y ni una palabra en su flamante periódico.
Creo que hace falta una declaración de principios en materia taurina: ¿váis a boicotear la Fiesta Nacional igual que ‘El País’ nunca informa de boxeo?
Todavía quedan dos corridas del próximo fin de semana. Como dice el refrán, ‘rectificar es de sabios’.

WILLIAM LYON, Madrid

¡Conmigo qué va a pasar! De esas dos corridas no saldrá ni una línea en Público. Y bien que lo siento, William, porque a mí me entusiasman los toros. Aún recuerdo cuando vi de niño, con mi padre, a Antoñete en las Ventas... En fin, en la primera reunión del periódico pregunté quién iba a escribir de toros y me llevé la sorpresa de que a la mayoría de la redacción no le gustaban los toros. ¿A que cuesta creerlo? Son jóvenes, quizá sea por eso. Es más, lo consideran un espectáculo cruel y degradante. Me espetaron una ensalada de humanitarismos variados frente a los que les administré una macedonia de culturalismos de toda índole. Intenté convencerles, primero con argumentos; más tarde mediante la simple obstinación. Les decía: ¿cruel y degradante? Lo cruel y degradante es dar cobertura a los banqueros. O: ¿es que no coméis fuagrás tan campantes? ¡Pobres ocas con sus hígados reventados! Incluso usé torticeros razonamientos ecológicos, por si colaban: si no fuera por las corridas, se perdería la especie del toro de lidia, y la biodiversidad esa a hacer gárgaras. ¿Eso es lo que queréis, eh, cepillaros la biodiversidad entera? No coló. No hubo forma.

No es que sea yo muy demócrata, la verdad, sino más bien marxista-leninista; pero acepté el criterio de la mayoría. Aquí los toros no son noticia. ¿Eso es un boicot? Pues tampoco hay que ponerse así, William. Es una decisión periodística. Los periodistas deciden cada día qué es noticia y qué no es noticia. La responsabilidad de un periódico (aunque muchos hayan abdicado ya) es la de seleccionar las noticias y decidir de qué vale la pena informar. Y debemos hacerlo con nuestro propio criterio, no con el de los políticos, las empresas o los grupos de presión. Creo que un periódico, si así lo creen la mayoría de sus redactores, puede decidir que no son noticia los partidos de fútbol y dedicar todo su espacio a los campeonatos de canicas. ¿Por qué no? Por suerte, en Público mi opinión no suele prevalecer casi nunca. De lo contrario, en Deportes sólo se trataría el ajedrez, la información sobre partidos políticos desaparecería, no habría fotos y, en lugar de vídeos, regalaríamos botellitas pequeñas de whisky escocés. Menos mal que no me hacen ni caso.

RAFAEL REIG

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