Carta con respuesta

Regalos de Reyes

Cuando algo se pone difícil la solución no está en romperlo y irarlo, como hacen con las máquinas algunos operarios, que sólo saben cambiar piezas, pero difícilmente las arreglan. Lo mismo pasa con el matrimonio: ¿hay dificultades? ¡Pues se rompe... y a por otro! El año pasado se registró un aumento del 74% en las rupturas matrimoniales, 90.000 parejas por divorcio exprés. Cualquiera con dos dedos de frente haría de estas cifras una lectura de fracaso de la nueva legislación. Equivocarse es humano; lo que no está bien es empecinarse en lo rematadamente equivocado diciendo que es acertado, y echar balones fuera. Para eso están los políticos, para buscar soluciones escuchando a buenos consejeros.

ENRICA COLOM BATLLE, Barcelona

A mi modo de ver, se contradice usted. Afirma que la contumacia (es decir, la obstinación en el error) no está nada bien y la censura con aspereza. Sin embargo, parece usted recomendar precisamente la contumacia (si no la simple cabezonería) en el caso de que un matrimonio resulte un error. ¿No le parece que se contradice de forma llamativa?

Le aseguro que nadie se divorcia por gusto, por pereza o por falta de voluntad de solucionar los problemas. Siempre es una decisión difícil y dolorosa. Usted presupone que las parejas se rompen por frivolidad y capricho. Además de una falta de respeto, eso es deshonestidad intelectual: con el mismo impudor podría yo presuponer que quienes continúan casados siempre lo hacen sólo por inconfesables intereses económicos, por ejemplo. Es la misma ausencia de honestidad que denota su forma de expresarse: "Cualquiera con dos dedos de frente" sacaría tal conclusión. ¿Quiere decir que el que no esté de acuerdo es sin duda un cretino incapaz? Es un castizo razonamiento al más puro estilo Rajoy: "Los españoles de bien". Claro, como si quienes no estén de acuerdo fueran congoleños maliciosos o españoles, sí, pero unos delincuentes natos. Yo, por ejemplo, pienso lo contrario, ya que, si se hace tanto uso de una ley, será porque su aprobación era muy necesaria: ¿me está llamando imbécil?

Honestidad intelectual y coherencia son dos requisitos mínimos para entablar un debate. Aproveche las rebajas de enero para adquirirlas a buen precio. Quizá no los encuentre en sus proveedores habituales (oratoria sagrada, ferreterías y tómbolas benéficas, imagino). En realidad sólo pueden adquirirse de una forma (quizá le parezca trabajosa): escuchando con atención y leyendo con curiosidad. Se lo recomiendo. Pídales a los Reyes unos cuantos libros. No me refiero a objetos compuestos de hojas encuadernadas y con la firma de César Vidal o Escrivá de Balaguer: pregunte en algún establecimiento especializado (se denominan librerías).

RAFAEL REIG

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