Querido calabacín: eres tan versátil que puedes convertirte en casi cualquier cosa, unos espaguetis, una crema, o un carpaccio. Sí, un carpaccio a la italiana, solo que tú tomas la forma de la carne, te conviertes en un estupendo antipasti crujiente, muy saludable, y original.

El carpaccio de calabacín es una forma de aplicar el "método sapiens" de Ferran Adrià. Pensar en un producto y darle la vuelta, comprender la extensión cuántica de su esencia, todas sus potencialidades. Su elaboración es sencilla, centrada en una buena presentación y en obtener unas rodajas muy finas de este vegetal. Se come, claro está, crudo. Se aliña al gusto, y se acompaña de otros elementos para potenciar el conjunto: ajo, piñones o frutos secos, tomates secos en aceite, semillas, pasas sultanas, una vinagreta, una salsa pesto...

Dificultad de la receta: Tan fácil como ordenar tu cuarto.

Nivel de emoción al comerlo: La de Ferran Adrià soñando con huevos fritos alquímicos.

Partículas elementales: Supervitaminas para tu cuerpecito, siempre tan necesitado de ellas.

Receta de carpaccio de calabacín

Ingredientes 4 personas:

• 1 calabacín grande.
• 4 tomates secos en aceite de oliva.
• Lascas de queso parmesano.
• Vinagre.
• Piñones tostados (opcional).
• 1 diente de ajo picado.
• Hojas de rúcula.
• Zumo de medio limón.
• Pimienta negra molida.
• Aceite de oliva virgen extra.
• Sal.

1. Prepara el carpaccio:

Lava el calabacín y sécalo. Córtalo con una mandolina o un cuchillo en rodajas finas y uniformes. Sálalo un poco en un colador y espera a que suelte su agua. Después sécalo muy bien con papel de cocina. Prepara el aliño. Mezcla aceite de oliva, vinagre y jugo de limón, y bátelo hasta que emulsione (pon más cantidad de aceite que del resto de ingredientes). Corta los tomates secos escurridos en trocitos pequeños. Pon las láminas de calabacín sobre una fuente, bien repartidas y ordenadas. Añade el aliño. Echa por encima el ajo pelado (sin su germen) y muy bien picado. Reparte los trozos de tomate sobre el carpaccio de calabacín. Agrega las lascas de queso parmesano y los piñones tostados (tuéstalos en una sartén con unas gotitas de aceite). Añade un poco más de vinagreta por encima. Decóralo con unas hojitas de rúcula. Sírvelo fresco.

➥ Seguimos con una receta de carpaccio de ternera.