Que el arroz blanco es soso, insípido, o comida de hospital, es un mito. Un buen arroz blanco, bien cocido y con los ingredientes precisos, que lo nutran con sus aromas y esencias, es un plato diez. Puedes comerlo en cualquier momento y día (como cena ligera o acompañamiento). Solo necesitas saber que el ajo y el laurel hacen de este cereal una delicia.

A tu gusto, saca el arroz seco o más meloso (en este caso es recomendable añadirle media cebolla o incluso una cebolla punteada con dos clavos de olor, si te apetece especiado). Puedes utilizar arroz redondo o apostar por el largo, jazmín o basmati. Si lo quieres suelto, mejor lávalo antes de cocerlo en agua para que se desprenda de su almidón. Si lo quieres meloso, hazlo al principio a fuego fuerte, que burbujee con ímpetu volcánico, y termínalo de hacer a fuego medio-bajo. Añade siempre el agua caliente una vez hayas rehogado el arroz en el ajo. Es necesario que luego repose, así adquirirá sus aromas completos. También puedes echarle plantas aromáticas como perejil o cilantro picado. Esta receta puede adaptarse a un delicioso arroz a la cubana.

Receta de arroz blanco con ajo y laurel

Ingredientes 2 personas:

• 220 gr. de arroz blanco.
• 1 o 2 dientes de ajo.
• 1 hoja de laurel.
• Perejil (opcional).
• Aceite de oliva suave o virgen extra.
• Sal.

1. Sofríe el ajo:

El ajo es aquí el elemento fundamental. Echa un buen chorro de aceite de oliva a la olla o sartén y, cuando esté caliente, agrega el ajo (pelado y cortado en láminas). Debes esperar que se dore, sin que se queme, aguarda a que el aceite haya tomado su fragancia.

2. Rehoga el arroz y cuécelo:

Cuando el ajo empiece a dorarse, echa el arroz y rehógalo durante unos minutos en el aceite. Añade luego el agua justa (dos tazas por cada una de arroz) y llévalo a ebullición, al principio a fuego fuerte. Echa el laurel y una pizca de sal. Tenlo cocinándose alrededor de unos 15 minutos (mejor que salga tirando al dente). Espolvorea perejil picado, unos minutos antes de que esté hecho. Apaga el fuego y deja que se termine de hacer con el calor residual.

➥ Seguimos con una receta de gohan o arroz blanco japonés.