En zapatillas por Redmond

Capítulo 5: Cómo se crea un dispositivo en Microsoft - I

La llegada de la tecnología BlueTrack a los planes de Microsoft ha supuesto un verdadero revuelo en la compañía. Más allá de la cuestionable política de patentar todo tipo de ideas, incluso las que ya están establecidas desde hace años en el mercado, lo cierto es que Microsoft es dueña de muchas tecnologías que se han introducido en los productos de hardware. Pero no muchos lo saben. Por ello, con BlueTrack la compañía ha querido gritarlo al mundo entero. Para su concepción se buscó conseguir solucionar los problemas que se detectaban en los ratones ópticos y láser. En esencia: ampliar la longitud de la onda de la luz para que puedan ser utilizados desde cualquier tipo de superficie y mejorar la duración de la batería.

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A las 10.00, en el edificio ‘B’ del campus oeste en las oficinas de Microsoft en Redmond, se abren las puertas del sótano del edificio donde está el taller de trabajo para el diseño de ratones y teclados. Aunque parece una visita al cuarto de las calderas, se trata del laboratorio de confección de maquetas donde es obligatorio el uso de gafas de protección. Más parecido a una ebanistería, un pequeño grupo de ingenieros pasan su jornada elaborando modelos tridimensionales que después se convertirán en dispositivos. Minucioso trabajo manual combinado con máquinas que troquelan materiales plásticos para luego dar forma real a los diseños. Es aquí donde se comprueba que para el desarrollo de un solo modelo de ratón, se realizan decenas de ejemplos que finalmente se descartan, algunos que realmente rompen con cualquier estereotipo.

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Los empleados de esta sala trabajan sobre los conceptos que han desarrollado los que forman parte del departamento de diseño. Ellos son los encargados de hacer encajar la anatomía del ser humano con la forma que tendrán los dispositivos. En este grupo de trabajo la palabra ‘ergonomía’ es el mantra, la base fundamental sobre lo que todo se edifica. Microsoft insiste mucho, quizás demasiado, en la incorporación de los criterios ergonómicos en sus diseños. Médicos y especialistas trabajan en estas instalaciones para procurar conseguir líneas que se adecúen a las formas del cuerpo. Sin embargo, un desarrollo excesivo en estos conceptos, que pueden resultar efectivamente más saludables para un uso prolongado de los dispositivos, muchas veces son rechazados comercialmente. "Además, encarece enormemente el producto", señala un trabajador, "y las tiendas no los quieren vender", añade. "La gente quiere tener en sus manos ratones y teclados ‘normales’", concluye.

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