El repartidor de periódicos

Barbie Rita

elmundo-200En todas las casas con niña había una Barbie, hasta que nos dimos cuenta de que su perfección plástica escondía una perversión, un falso ideal, una desviación estética y ética. Con Rita Barberá, le sucede lo mismo ahora a los cronistas de la derecha, que no saben lo que hacer con su vieja muñeca, la Barbie Rita. A mi querido Pedro G. Cuartango, director de El Mundo, se le nota más que a nadie, pues es hombre más de Hume o de Ockham que de piruetas plásticas y muñequerías. Pero él también tenía su Barbie Rita en la mesilla de noche. Hoy mismo, reacciona a un artículo de uno de sus más ingeniosos colaboradores con el siguiente funambulismo intelectual: "En un brillante artículo sostenía Jorge Bustos en estas páginas que hay un punto de sobrevaloración de la importancia de la corrupción en nuestra vida política. Su tesis me ha forzado a reflexionar, pero no me ha convencido. Sí me parece cierto en cambio que hay un doble rasero en algunos medios para medir la corrupción, ya que no es posible equiparar el blanqueo de 1.000 euros del que se acusa a Rita Barberá con la red clientelar urdida por el PSOE en Andalucía que supuso un desfalco de 741 millones para las arcas públicas".

Reducir la trama de corrupción que Barbie Rita tenía montada en Valencia al blanqueo de 1.000 euros es ridículo. Como lo sería llevar a Al Capone a las enciclopedias como un empresario que acabó en la cárcel por un problemilla fiscal. No hay un "punto de sobrevaloración de la importancia de la corrupción", querido director. Cuesta cerca de 100.000 millones anuales, más o menos un ocho y pico por ciento del PIB y el doble de lo que se destina a educación (46.0000 M€). Pero, sobre todo, hace que mentes buenas y limpias como la de Cuartango muestren sus dobleces. Barbie Rita nos corrompe a todos. Es la muñeca diabólica --junto a Esperanza Aguirre-- de la corrupción española. Sí que hay "un doble rasero en algunos medios para medir la corrupción". Por ejemplo, en El Mundo.

abc-200ABC utiliza exactamente los mismos argumentos para justificar su cariño por Barbie Rita: "Es evidente que la acusación del fiscal contra Manuel Chaves y José Antonio Griñán ha desarmado la ofensiva del PSOE contra el Gobierno y el Partido Popular a cuenta de la investigación penal abierta en el Tribunal Supremo a la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá. El PSOE tiene el dudoso honor de haber iniciado la historia de la corrupción política con el caso Filesa –por el que su sede social fue registrada por orden judicial– y de haberlo continuado con otros escándalos, como los que han costado la imputación a los dos últimos candidatos socialistas a la Xunta de Galicia, hasta llegar a la cima de los ERE falsos de Andalucía".

Al final, a quien más castiga la corrupción del PP es al PSOE, pues la belleza plasticosa de Barbie se vuelve incluso cursi cuando de una costilla se fabrica a Kent. El PP tiene más derecho a ser corrupto que el PSOE, de eso no cabe duda, pues nació de la corruptarquía franquista. El bipartidismo consistió en meter en la cueva de ladrones a los regeneracionistas del PSOE transicional. Fue una adopción en toda regla, capitaneada por el bebé robado (a Marx) Felipe González, que enseguida le cogió gusto a hacerse millonario y de la OTAN. Ahora vivimos en una pugna de poder entre las dos siglas criminales que se han repartido el pastel durante estos cuarenta años. Y desde los viejos periódicos se batalla porque nada cambie, porque la gente se crea que Barbie Rita solo blanqueó mil pavetes, nada, un par de sueldos de becarios. Así nos va.

elpais-200La prepotencia de personajes como Mariano Rajoy, que acaba de desentenderse de la responsabilidad sobre el affaire Rita diciendo que ya no milita en el partido, se basa precisamente en esa relativización de la corrupción que practican muchos medios. Este viernes, El País exigía a Rajoy, con la boca chica, que se pronunciara sobre el asunto: "No son pocos los dirigentes del Partido Popular que comparten la idea de que Barberá debería defender su inocencia como una ciudadana más y no como miembro de las Cortes. Sin embargo, entre esas voces falta el pronunciamiento más importante: el del jefe del Gobierno en funciones y presidente del PP, Mariano Rajoy, que sigue sin decir una palabra sobre el caso. ¿Tiene algo que ver en ello sus pasados elogios a Rita Barberá y el apoyo que esta le prestó cuando sectores del PP discutían a Rajoy el derecho a ser el líder del partido?".

Olvidan los editorialistas del periódico de Prisa una perspectiva bastante obvia: ¿será el silencio de Rajoy sobre Barberá el mutis del cómplice? La financiación ilegal del PP pasaba mucho por Valencia. Pero relativicemos. Pues si dices la verdad, te llaman enseguida populista y demagogo. Voy a cambiarle el vestido a mi Barbie Rita, que andaba muy ligera de ropa y ya han migrado hacia el otoño las bandadas de calorets.

Más Noticias