El repartidor de periódicos

Ayuso aborta a Fakejóo

De la querencia de Isabel Díaz Ayuso por devorar nonatos intelectivos ya sabíamos desde que arrojó el feto de Pablo Casado al contenedor hospitalario de las gasas sucias. El palentino y paletico lumbreras no pudo ni asistir a su propio alumbramiento, tras denunciar, esta primavera, las mordidas que se había llevado el hermano de IDA con la pandemia.

--Repítelo y alégrame el día--, le amenazó la Ayuso en plan Harry El Sucio. Y Casado le duró el buenosdías de un telediario.

Y en esto llegó el salvador Alberto Núñez-Fakejóo, considerado por todos nosotros gran gestor tras haber elevado la deuda pública gallega que heredó en 2009 (3.923 millones de euros) a los 11.314 millones de euros que dejó al venirse a Madrid en 2022. Para ser tan milagreiro económico como Rodrigo Rato, solo le falta tocar una campanilla y acabar en la cárcel. Aun espero que explique cómo en ese periodo incrementó en 600.000 euros su patrimonio personal. Pero pelillos a la mar, la misma mar que surca el yate del narco Marcial Dorado.

El caso es que al gran gestor Fakejóo ya también se lo está abortando la incontinente amniótica Isabel Díaz Ayuso.

Para una cosa razonable que nos dice nuestra neolideresa, la voy a consignar aquí, a pesar de los anacolutos: "Una vez que una mujer tiene claro que no quiere seguir adelante y lo tiene claro, no puedes obligar a nadie a una vida contraria a lo que ha deseado", señaló IDA defendiendo, y no sotto voce, la ley del aborto aprobada por José Luis Rodríguez Zapatero, que consiente el aborto no informado a las mujeres desde los 16 años, y que el PP de Feijóo mantiene recurrida en el Tribunal Constitucional desde hace doce años. De hecho, la ley rajoyiana de 2010 obligaba de nuevo a papá y a mamá a apoyar la decisión. Ahora, el Gobierno social-comunista despereza aquella propuesta desde el Consejo de Ministros y el debate sobre los embarazos adolescentes vuelve a las tertulias.

He observado en nuestros periódicos nacional-católicos (y me agrada) una cierta relajación en las posturas extremistas que a este respecto dictaba la Conferencia Episcopal de monseñor Rouco Varela. De hecho, ninguno editorializa sobre el tema. Que yo creo mucho más importante que el de la subida de la luz, la inflación o los fichajes millonarios del Barça. No lo digo por frivolizar, compañeras. Que no os confunda mi estilo zangolotino. Que sé la tragedia que supone para casi 90.000 mujeres (dato de 2020, y solo oficial) tener que pasar por ese proceso. Yo fui (y sigo siendo, eso ni el perdón de ellas te lo cura jamás: ni ahora que soy viejo) uno de esos cerdos inconscientes que dejó una vez abortar a una chica sola, y no me lo perdono ni me lo perdonaré nunca. No es disculpa, pero entonces me parecía tan poco grave como tener que extirparse el apéndice. Faltaba y falta educación para los niños, para los adolescentes, para los pre-hombres y post-hombres. Educación, sobre todo, es lo que esta ley nos puede, quizá, traer. Y cuánta falta nos sigue haciendo a los hombres (y a las olonas y monasterios) la educación.

Fakejóo anda tibio con el asunto, quizá porque no se aclara con lo que dijo sobre la educación y esas cosas que él recorta (uno de cada diez profesores en sus 13 años gallegos, y otros tantos sanitarios): "Lo primero que tiene que hacer alguien que se dedique a la educación es ser bien educado, porque imagínese tener a alguien que se dedique a la educación y ser un mal educado". Cada día sus sentencias se parecen más a las de Mariano Rajoy y menos a las de Catulo (que tanto amaba a Safo).

Dice Fakejóo que hay distintas sensibilidades en el PP sobre este tema del aborto adolescente, y que por eso tiene que decir que no. Pero ya ni siquiera sus periódicos lo editorializan. Aunque ninguno de esos periódicos nos cuenta que, a causa de este tema del aborto adolescente, hay una nueva escisión en el PP. Y en la ultraderecha en general. Veremos en qué caverna/galerna mete IDA a Fakejóo en los próximos días. Pero que haya un debate en la derecha sobre el asunto me parece una preciosidad. Aunque sus periódicos con braguero no la cuenten. Mas yo vislumbro a Fakejóo muy abortado. Por decirlo finamente.

 

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