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Feijóo, calibre estrecho

Feijóo, calibre estrecho
Feijóo, este viernes en San Sebastián. EFE/Javier Etxezarreta

Cuando arribó Alberto Núñez-Feijóo a la capital no fueron pocas las voces que auguraron que no llegaría a las elecciones generales. Las fauces de Isabel Díaz-Ayuso lo devorarían en poco tiempo, decían las entrañas de las gaviotas sacrificadas por los sumos sacerdotes. Su moderación casi socialdemócrata --risas-- caería aplastada bajo el tifón ultraliberal del martillo de la derecha ayusiana, de su fascismo sin complejos --"cuando te llaman fascista es que estás en el lado bueno de la historia"--.

Todo esto de las incapacidades de Feijóo se decía con la boca chica, porque la derecha suele ser bastante educada con los suyos. Ahora ya empieza a ser clamor. Y no porque Feijóo les haya salido rojo, como les sucedió con el papa Francisco (más risas). Sino porque observan que a Feijóo no le da, no le alcanza, no le llega.

Lo verbalizaba así el inefable Salvador Sostres en su columna de ABC: "A mí –como a la mayoría de las encuestas– [Feijóo] me parece un calibre demasiado estrecho para bala. El tiempo más triste –según sentencia de Jaime Gil de Biedma– es el futuro pasado. Feijóo es la llamada del cuerno entre pastores de Peares en un Madrid 5G. Sería mejor presidente que el que tenemos, pero el PP necesita más para recuperar el Gobierno".

Evidentemente, no es Sostres autoridad intelectual cuyo criterio alimente neuronaFeijóo, calibre estrecho alguna, pero es fiel reflejo del pensamiento de una buena parte de nuestra derecha mediática y social. El escaso calibre de Feijóo --supongo que Sostres se referirá al intelectual-- supone una sutil maniera de señalar abiertamente que el presidente del PP es medio parvo, como decimos los gallegos.

A mí esta batalla me recuerda un poco a la que mantuvieron hace años Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre. La lideresa del charco de ranas deseaba, como Ayuso, convertirse en el gran primer referente nacional de la mujer de derechas. Y, como a Ayuso, a Espe le estorbaba un gallego de discutibles oratoria y encanto. También hay claras coincidencias en otro aspecto: la derecha mediática, en ambos casos, inclina su opinión a favor de las damas. No se puede negar que, cuando quieren, los marhuendas y los ussías son unos caballeros a la antigua usanza, con sus dulcineas y todo, por mucho que el resto de mortales solo veamos en estas mujeres vulgares aldonzas choriceras y prepotentes.

El delirio ayusista lleva a Sostres a cavilar que Ayuso sería incluso una buena candidata a president de la Generalitat. Os juro que no he bebido: "«Realmente no tengo rivales en Madrid, compito contra Sánchez», dice Ayuso, que encarna a cualquier español que tenga alguna ambición de prosperar. Incluso entre los catalanes más independentistas, en el secreto de la urna, muchos pensarían en sus hijos y votarían por ella".

Ítem más: "No hay que llegar al problema de echar a Feijóo a la primera, hay que cambiarlo si en mayo se ve que no da para diciembre", prosigue el deslenguado cronista (lo de deslenguado ya sabéis por qué es).

A Feijóo le van a temblar las piernas de aquí a diciembre más por los suyos que por los contrarios. A este ritmo, sus debates con Pedro Sánchez en el Senado le van a parecer el día libre de la semana. Y, como dice Sostres, en esta guerra Feijóo encañona con "un calibre demasiado estrecho para bala". Y eso sí parece obvio.

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