El repartidor de periódicos

Cerrad bien las piernas al ir a votar

Cerrad bien las piernas al ir a votar
Manifestación contra la sentencia de La Manada. EFE

Se regocijan nuestros periódicos más carpetovetónicos del batacazo de la ley del solo sí es sí como si fuera una victoria propia. Y lo es. De ellos y de la facción fascistoide de nuestros jueces, que es poderosa. De hecho, los imparciales togados andaban llamando a los abogados defensores de los violadores para que recurrieran viejas sentencias. Lo contó precisamente en el programa de Ana Rosa el abogado Álvaro García Olay, defensor de un profesor condenado a seis años y nueve meses por abuso sexual continuado a tres menores. El tipo fue excarcelado. "La sección 15 de la Audiencia Provincial de Madrid fue muy valiente, se adelantó y confirió a las partes la posibilidad de presentar alegaciones". O sea, explicitó, que los jueces se dedicaron a levantar el teléfono para avisar a los defensores de violadores de que estaban dispuestos a reducir penas. Nunca he visto a ningún juez en ninguna circunstancia llamar personalmente al reo para aconsejarle sobre cómo proceder para lograr la excarcelación.

--Hola, ¿está don Laureano Oubiña?

--¿De parte?

--Del juez Baltasar Garzón.

--¡¡¡¡Laureanoooo!!!! Que te llama uno que dice que es juez.

--A ver quién coño... Diga.

-- Oye, que soy Garzón. Que te vengas por la Audiencia, que te voy a rebajar la pena. Y, otra cosa, con la rebaja de condena para narcos puedes entrar en una oferta de Yoigo que te da ochenta gigas en tarifa plana y un móvil gratis a tu elección.

--¿Sin permanencia en la compañía telefónica ni en la trena?

--Sin permanencia.

--Vale.

--Perfecto. Si eres tan amable, no cuelgues. A continuación te vamos a hacer una encuesta sobre la atención recibida.

Cerrad bien las piernas al ir a votarPor razones menos ignotas de lo que parece, nuestros jueces, a pesar de gastar falda, se ponen muy machitos y machitas a la hora de cercenar cualquier avance legislativo en favor de los derechos de la mujer. Le pasó incluso a Mariano Rajoy en 2015, cuando violadores y malversadores fueron excarcelados tras la reforma del código penal.

Y le pasó a José Luis Rodríguez Zapatero una década antes. Su ley contra la violencia de género conllevó un aumento del 160% de sobreseimientos y más de 200 recursos de inconstitucionalidad. Hoy aquella ley no se atrevería a enmendarla ni el más tonto de Vox, y mira que es difícil encontrarlo.

Con más desgana que entusiasmo, la ultramontana prensa española anda pidiendo las cabezas de Irene Montero e Ione Belarra. Advierte El Mundo de que el "acto de defunción" de la ley se ha cerrado "sin que nadie haya asumido responsabilidad alguna por el desastre. Las ministras Ione Belarra e Irene Montero --protagonistas de un solitario abrazo vestido de victimismo en el Congreso-- [no] parecen dispuestas a abandonar motu proprio una coalición en descomposición que solo se mantiene formalmente unida por razones electorales".

En ABC se insiste en la misma idea: "Si la coalición de gobierno no se rompe pese a la rectificación de la ley del solo sí es sí, es por puro instinto de supervivencia, por tacticismo electoral y por mera conveniencia partidista". El Pais, con elegancia equidistante, cierra su editorial sobre el tema con un estertor que suena a caricia consoladora para las Iones e Irenes. Cómo se nota que este es el único de los grandes periódicos dirigido por una dama: "Cabe esperar que baje el ruido que ha generado una disputa intragubernamental nacida de un error de técnica jurídica y de un enrocamiento posterior, y logre cuajar la conciencia del valor pionero e internacional de una ley de protección integral de las mujeres ante la violencia machista".

Ante el catetismo machista de nuestros jueces y mayor parte de periódicos, y la cobardía manifiesta del PSOE, solo nos queda una solución: cerrar bien las piernas al ir a votar.

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