Sobre el tapete

Don Gaspar, doña Cayetana y Su Eminencia Reverendísima

La liquidación del proyecto federal de la I República Española (con dos presidentes andaluces y otros dos catalanes) fue determinante en la actualización del objetivo del autogobierno en Catalunya con diferentes propuestas confederalistas y autonomistas en el último cuarto del siglo XIX.

Un Memorial de Agravios pidiendo en 1885 (hace 134 años) un autogobierno de tendencia confederal que entregó inútilmente una representación de políticos y empresarios catalanes a Alfonso XII, era contestado un año después por don Gaspar Núñez de Arce (diputado por Valladolid, gobernador civil de Barcelona, ministro de Ultramar, Interior y Educación y senador vitalicio) con un largo y vibrante discurso pronunciado el 8 de noviembre de 1886 en el Ateneo de Madrid (del que era presidente a la sazón). En él trató de los "particularismos" locales que tanto le preocupaban, en vez de ocuparse, como ministro del ramo que había sido, de Cuba, que jamás dejaría de ser española, pero que dejó de serlo apenas 12 años después.

A don Gaspar (un auténtico vidente) no le producía desazón el particularismo vasco porque "es tan claro en la raza éuskara (sic) el sentido moral, y se abre tan fácilmente camino en sus corazones la idea de la justicia, que renunciaría de buena voluntad al restablecimiento de privilegios odiosos, contrarios á todo principio de equidad y á toda noción de derecho".

Caricatura de la revista satírica catalana ‘La Flaca’ del 3 de marzo de 1873 sobre la pugna entre los que defienden la república unitaria (representados por un burgués) y los que defienden la federal (representados por un menestral con la barretina catalana). WIKIPEDIA
Caricatura de la revista satírica catalana ‘La Flaca’ del 3 de marzo de 1873 sobre la pugna entre los que defienden la república unitaria (representados por un burgués) y los que defienden la federal (representados por un menestral con la barretina catalana). WIKIPEDIA

Menospreciaba el regionalismo gallego asegurando que "ni las grandes ciudades completamente castellanizadas y donde apenas se habla ya la lengua gallega, ni el pueblo de las aldeas, tan malicioso como prudente, dan calor á las declamaciones y promesas de algunos Escritores cuyo mérito me complazco en reconocer, que sueñan en cosas imposibles, como podrían soñar en las felicidades perdidas del Paraíso ó en las futuras bienandanzas de la vida eterna".

El "particularismo" peligroso es el catalán porque nace de unas "inteligencias demasiado apasionadas", las que redactaron aquel Memorial, "obra de poetas líricos, autores dramáticos y escritores".

Es una tarea irresistible, si queremos entender mejor lo que ahora mismo está pasando, traer aquí a colación una breve muestra de su alambicada y pomposa apología de la superioridad de la raza y de la lengua castellanas (en aquellos tiempos aún no rebautizadas oficialmente como españolas):

"No es, en verdad, la lengua en que se estudia, se negocia, se litiga, se ambiciona y se consigue; pero es la lengua (materna la) que más penetrantes raíces echa en el corazón, porque es aquella en que primeramente se ha sentido. ¿Quién no la venera como santa reliquia de familia, ni quién puede olvidar sin ser ingrato, que no sólo sirvió á sus antepasados para expresar sus penas y regocijos, sino que con ella tal vez ha recibido el último adiós de sus padres moribundos? Pero de esto á rendirle culto fanático, fuera de toda realidad, hasta el extremo de mirar con enojo, rayano de la envidia el habla oficial de la nación á que se pertenece, y que no por caprichosa voluntad de los hombres, sino por causas mucho más altas, ha llegado á alcanzar la perfección, la universalidad y el predominio que las lenguas y dialectos provinciales no han podido conseguir, hay, señores, inmensa distancia. En la infinita variedad de los verbos humanos, el mundo sería representación exacta de la torre de Babel, si no hubiese idiomas que, en virtud de su fuerza expansiva y por la energía de la raza de donde provienen, se extienden, se propagan y convierten en medios eficaces de civilización. Al paso que las lenguas locales, sólo con el contacto de otras más vigorosas, se corrompen y restringen hasta en los mismos lugares donde tuvieron su cuna, las lenguas mayores, en cuya categoría y en nuestros tiempos ocupa la castellana el tercer lugar, siguen majestuosamente su curso, recogiendo, ó más bien, diluyendo en su corriente, como caudalosos ríos, todos los idiomas ó dialectos indígenas de los países que ocupan ó han conquistado".

"Seguramente, señores, os costará trabajo concebir tanta obcecación y tan recia intolerancia. Pues qué, aun suponiendo que el particularismo catalán consiguiera realizar sus quiméricas aspiraciones en el grado máximo en que las acaricia, organizando un Estado independiente, ó poco menos, del lado de acá de los Pirineos, ¿imagina acaso que le bastaría su lengua, hablada sólo por reducido número de gentes y contenida en espacio limitadísimo, para ponerse en continua y provechosa comunicación con el mundo? No abona tal presunción, desprovista de todo fundamento racional, el sentido eminentemente práctico y positivista que esta secta política atribuye, con la mayor modestia, á sus paisanos, porque es evidente que Cataluña, ya siga como ahora formando parte integrante de una gran nacionalidad, ó ya se constituya en Estado libre, no podrá prescindir, si no quiere condenarse á estéril aislamiento, de usar, en sus relaciones con los demás pueblos, otro idioma más generalizado que el suyo, muy digno, sin duda, de la curiosidad del filólogo y de la admiración del literato; pero que no tiene la fijeza indispensable, ni la extensión necesaria, ni la potencia bastante para pretender la universalidad de las lenguas dominadoras".

Denuncia don Gaspar un movimiento que pretende "el aniquilamiento de nuestra gloriosa España". "Este movimiento, desde sus primeros asomos literarios hasta sus últimas ruidosas manifestaciones, es como podremos apreciar con exactitud su verdadero propósito, el cual no es otro que el de crear, con los miembros palpitantes de la patria despedazada, inverosímiles organismos soberanos, cuando más, ligados entre sí por una especie de Consejo anfictiónico, cada cual con poder ejecutivo propio, con Cortes soberanas, con administración distinta, con Códigos exclusivos, y si el caso lo requiere, hasta con diferentes lenguas".

"Mis censuras irán contra esa novísima secta política, que prescindiendo de todos los partidos para reclutar sus adeptos en los campos más opuestos y recoger mayor suma de rencores, envenena la desesperación de los intereses industriales en sus crisis angustiosas, provoca meetings, prepara reuniones revolucionarias y asiste á funciones de iglesia, con el fin de concitar en la fábrica, en la plaza y en el templo, las ciegas iras del exclusivismo local, no sólo contra la unidad, sino contra la existencia de la patria".

En definitiva, se duele de que España sea "la madre maltratada por un hijo desnaturalizado", para sentenciar que el regionalismo catalán es "el delirio más confuso de cuantos pueden salir de cerebro humano enfermo". Una enfermedad mental, que ahora ya independentista, siguen padeciendo los "indígenas" catalanes también en el siglo XXI. Después de este discurso, Cuba, Puerto Rico y Filipinas renunciaban a ser españolas. Y desde entonces en Europa han nacido 26 nuevos Estados separados de sus antiguas potencias imperiales...

La respuesta política desde Catalunya fue presentada a renglón seguido por Valentín Almirall, principal redactor de aquel Memorial de Agravios, presidente del Centre Català y primer  destinatario de los ataques de Núñez de Arce. Podemos destacar:

"Vosotros, ó sea, los poderes que se llaman nacionales (...) determináis que la unificación ha de hacerse no por el camino armónico de las transacciones y concesiones mutuas, sino por el irritante de la imposición, ó sea destruyendo todo lo que no tenga el sello de las regiones dominantes". "Vuestro discurso es acabada muestra del modo de funcionar de la hegemonía castellana. El que se atreva a dudar siquiera de su superioridad y de su derecho providencial, no es otra cosa que un rebelde".

"Nosotros aspiramos, sí, a que Cataluña sea un organismo soberano, siempre dispuesto a limitar su soberanía – no a abdicar de ella – si las demás Regiones peninsulares, organismos soberanos también, aceptasen la unión que les ofreceríamos, y sentiríamos en el alma rechazasen".

"Aunque consiguiéramos realizar completamente nuestro programa, y las Regiones recobraran su soberanía (...) todo se reduciría a federalizar la organización nacional. Lo que real y verdaderamente quedaría no ya destrozado, sino hasta deshecho, sería el unitarismo; sería la hegemonía castellana; sería la supremacía de Madrid sobre las Regiones; sería la centralización absorbente y tiránica que nos ha llevado a la situación fatal en que vivimos".

Años después hubo otra respuesta significativa, expresada poéticamente esta vez, de la mano de Joan Maragall, abuelo de Pasqual Maragall y de Ernest Maragall. Pasqual fue el principal activo del PSC-PSOE en los años de hegemonía socialista en Cataluña, presidente de la Generalitat (2003-2006) y alcalde de Barcelona (1982-1987). Ernest, exmilitante y cargo público del PSC-PSOE, es hoy el candidato independentista a la alcaldía de Barcelona en las filas de Esquerra Republicana (ERC).

El poeta Maragall escribe en su "Oda a España" de 1898:

Escucha España- la voz de un hijo
que te habla en lengua - no castellana.
Hablo en la lengua - que me ha dado
la tierra áspera:
en esta lengua - pocos te han hablado
en la otra, demasiado.

y más adelante termina:

¿Dónde estás, España? - no te veo en ninguna parte.
¿No oyes mi voz atronadora?
¿No entiendes esta lengua que te habla entre peligros?
¿Has desaprendido a entender a tus hijos?
¡Adiós, España!

Y como si los años y los siglos no pasaran, el debate entre Núñez de Arce por una parte y Almirall y Maragall por otra, sigue siendo "moderno" y desgraciadamente actual. Hoy Catalunya, con medio gobierno "rebelde" salido de las urnas de 2015 en la cárcel y otro medio en el exilio, sigue reclamando su soberanía para poder decidir (con el apoyo de entre el 70% y el 80% según las  encuestas), mientras el Leviatán, soberbio, sigue negándosela.

El lector avisado está perfectamente al tanto de cómo los partidos "unitaristas" (como diría Almirall) que luchan por el mando tras las elecciones españolas del 28-A esgrimen la cuestión catalana como argumento central de sus campañas, compitiendo por ser el más letal y definitivo Exterminator. Incluso el PP, falto de banquillo, ha recurrido a una candidata cunera por Barcelona, doña Cayetana Álvarez de Toledo, para competir con doña Inés y demostrar que representar a esta "provincia" puede hacerlo cualquiera... de la metrópoli; para este menester ya no hacen falta catalanes.

Esos salvadores de la patria cuentan, además, con la inestimable ayuda del Altísimo, como durante la Cruzada del 36...; y como muestra un botón. Su Eminencia Reverendísima, el Cardenal Cañizares aseguraba el 23 de septiembre de 2015 que "la unidad de España la obró el Espíritu Santo". Ahí es nada, cuando se busca pedigrí: "Dios quiere la unidad, es lo que le es grato, aunque nos empeñemos en obrar lo contrario, por razones que nada tienen que ver con el Evangelio", aseguró Su Eminencia Reverendísima en la vigilia de oración por España y su unidad celebrada en la  Catedral de Valencia dos días después de revelar el "milagro" del Espíritu Santo y dos días antes de las elecciones catalanas de 2015. Por supuesto que no es el único miembro de la curia española que se expresa así.

En los más de 300 años transcurridos desde el Decreto de Nueva Planta que impuso Felipe V al vencer en la Guerra de Sucesión y cuya consecuencia principal para Cataluña fue la pérdida de su autogobierno, acompañada de la represión y persecución de la cultura y la lengua catalanas, se ha padecido: una monarquía absolutista con centralismo radical, una monarquía constitucional corrupta y caciquil con centralismo radical, una breve republica integral con autonomías, una dictadura franquista con centralismo radical y un neofranquismo con democracia corrupta y descentralización controladas. Catalunya, fracasada la experiencia autonómica tan generosa como magnánimamente "concedida" por el Régimen del 78, insiste ahora en su objetivo de autogobierno reclamando su derecho a la autodeterminación, su derecho democrático a votar libremente y decidir su futuro político. Mientras, las élites dirigentes del Leviatán hispánico se han mantenido fielmente empeñados en resolver la cuestión catalana con la violencia "legitimada" por la Ley del Embudo, sea militar, sea policial, sea judicial. Y siguen sin resolverla, 80 años después del final militar de la Guerra Civil.

Don Gaspar, doña Cayetana, Su Eminencia Reverendísima... el suyo es un vano empeño. Este conflicto (de tres siglos) solo se podrá resolver democráticamente. Y habrá un Sí o un No. ¡Es la democracia, es Europa y es el siglo XXI! Los demócratas catalanes, españoles y europeos tienen en sus manos la solución.

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