Rosas y espinas

Rajoy absuelve a 1.000 jóvenes

rajoy--Así –dijo ayer Mariano Rajoy--, dentro del Plan de Garantía Juvenil se promoverá la contratación de 1.000 jóvenes licenciados o con grado superior de formación profesional para realizar tareas de Investigación y Desarrollo.

Lula, 16 años, estudiante de Artes Escénicas, Música y Danza, que estaba por ahí cerca, en cuanto escuchó esa frase cerró el libro del examen de mañana y se levantó de la silla.

--¿Mil empleos? ¿Ha dicho mil, o es una errata?

--Ha dicho mil –me resigno a reconocerle.

-Vale. Pues yo ya no estudio más y me voy a mi habitación. Ya puedo dormir tranquila. Tengo el futuro asegurado, ¿no?

Y Lula y sus dieciséis años abandonaron el estudio y se fueron a su habitación. Y Lula dio un portazo. Supongo que un portazo de felicidad. Frente a un asumible 12,1% en la zona euro, en España el 57,7% de los menores de 25 años está en paro. 983.000 jóvenes españoles quieren trabajar y no trabajan. Que Rajoy anuncie que "dentro del Plan de Garantía Juvenil se promoverá la contratación de 1.000 jóvenes licenciados o con grado superior de formación profesional para realizar tareas de Investigación y Desarrollo", tranquiliza enormemente a los estudiantes. Nuestro amado presidente anuncia un plan para contratar a uno de cada mil jóvenes en paro, y para investigación y desarrollo. No me extrañó el portazo de alegría que dio Lula. Ni que cerrase el libro y dejara de estudiar.

-Vale. Pues yo ya no estudio más y me voy a mi habitación. Ya puedo dormir tranquila. Tengo el futuro asegurado, ¿no?

sorayaEs asombroso cómo los debates sobre el estado de la nación relajan cada vez más las inquietudes de los jóvenes, que siguen con fruición los enormes avances en materia de empleo juvenil que nuestro adorado líder vaticina. Como todo el mundo sabe, ayer la retrasmisión del discurso de Rajoy disparó exponencialmente el share juvenil del canal 24Horas, y no hay joven patriota español que ayer no haya escuchado atentamente el discurso de Rajoy dos o tres veces, y salido después de botellón para celebrar que el carismático líder garantiza, a 1.000 de cada 983.000 jóvenes parados, que les va a conseguir un empleo en investigación y desarrollo. En virtud de la libertad de opinión, señalar que una minoría de 982.000 jóvenes a los que Rajoy no va a contratar para este revolucionario I+D mostraron su escepticismo ante tan enorme avance. Y esos 982.000 jóvenes descontentos son, sin duda, radicales, antisistema o artistas, según tarde o temprano nos revelarán recientes investigaciones auspiciadas por el Ministerio del Interior. Acompañadas de un par de detenciones de raperos y de algún que otro arpista sanguinario.

La promesa de Rajoy es un soplo de aire fresco para nuestra juventud. Por fin un gobernante español aplica medidas contundentes para paliar la más grave tragedia de la España presente y de la España futura: el desempleo juvenil. Dentro de muy pocos años, de seguir las cosas así, España será un paraíso de doctorados cum laude de 40 años que jamás han tenido experiencia laboral alguna. Y accederán a su primer reparto de pizza en moto hablando cinco lenguas y con media docena de artículos publicados en el Lancet. Qué deliciosas deben de ser las pizzas cuando te las reparte persona tan bien formada.

Si uno se pone a releer atentamente el discurso pronunciado a mediodía de ayer por Rajoy, se dará cuenta de que la única promesa concreta que hizo fue esa: comprometerse a crear 1.000 puestos de trabajo para los 983.000 jóvenes parados que vagan por nuestros botellones y nuestras bibliotecas. Lo demás es silencio. A no ser que los otros 982.000 jóvenes empiecen a meter ruido. Y tendrá que ser mucho ruido, pues los viejos tendemos a quedarnos algo sordos. Y 982.000 jóvenes son demasiada poca gente para hacerse oír si no gritan mucho. Y de momento no gritan nada.

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