Rosas y espinas

Rajoy, campeón del endeudamiento

sorayaResulta que con el gobierno de Mariano Rajoy, con los recortes sociales, con la contención del gasto, con las reverencias a la Merkel, con la supresión de las becas de investigación, con el como dios manda y con las medallas policiales a la virgen, España ha elevado su deuda en 270.000 millones de euros en dos años y ocho meses. A más de cien mil millones por cada año de Gobierno del PP. En cada misa diaria a la que asiste Luis de Guindos, la deuda española crece 274 millones de euros. O sea, que cada día que pasa cada español debe cinco euros más, sin contar intereses. Si este ritmo de endeudamiento se hubiera producido con un gobierno de izquierdas, hoy estaríamos gobernados por un general de escasos galones intelectuales.

zpEl problema que yo veo es que esta hipocresía de la derecha dando datos falsos sobre economía se hace creíble a los esclavos de la derecha, que siguen diciendo que ZP arrojó al país a la ruina, que se gastó el dinero de Moscú en subir las pensiones, en incrementar ridículamente el salario mínimo, en la educación para la ciudadanía, y en las leyes de dependencia y memoria histórica. Pero al español medio se la sudan las cifras. Se la suda su propia hambre. Lo que le pone al español medio es la defensa de sus ideas, en plan defensa del Alcázar.

Me canso de escuchar, en los bares, a mis amigos conservadores recordándome que la situación económica del país y la deuda eran insostenibles con el gobierno socialista. Pues, coño, el récord de endeudamiento de España lo goza con ventaja inmensurable Mariano Rajoy. Y a mí me sigue pareciendo paradójico que yo, cuanto menos tengo, más endeudado esté. Y prefiero arrojarme al alcohol y a las drogas en lugar de a las ideas fijas. Como hacen mis amigos conservadores. Está claro que con Rajoy ya no estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades, como nos reprochaban empresarios y banqueros que se están forrando con la crisis. Ahora morimos por encima de nuestras posibilidades. Y estamos siendo muy generosos, muy por encima de nuestras posibilidades, en esta eutanasia social de nuestra clase obrera, que ya ni se toma la molestia de asaltar el palacio de invierno ni Marbella en verano.

Los más sesudos analistas de la izquierda optimista llevan meses diciéndome que las elecciones municipales y autonómicas provocarán un adelanto de las generales. Están locos estos romanos. Si algo ha demostrado Rajoy a lo largo de su extensa e improductiva carrera política, es que el ser humano puede sobrevivir apacible y eternamente sin tomar jamás una sola decisión. "La vida no vale nada si tengo que posponer otro minuto de ser y morirme en una cama", cantaba Pablo Milanés. Pues Mariano Rajoy, si fuera de cantar, cantaría todo lo contrario. Rajoy consumirá cada minuto de presidente hasta que su segundero se canse. No sé si decir que es su estilo o decir que es su falta de estilo. Ponga el lector la equis donde mejor le plazca.

El caso es que, echando cifras, el Gobierno que gobierna como dios manda ha logrado el gran récord de superar el billón de euros de la deuda española, haciéndola crecer un 25% en solo dos años y medio de despropósito. Coño, que uno hasta echa de menos a Zapatero, que no se inclinaba como un lacayo cada vez que desfilaba el genocida ejército estadounidense, por muy servil que después se mostrara ante el ultimátum de la reforma del artículo 135 de la Constitución. En todo caso, sé que el tópico de que la economía va mejor cuando gobierna la derecha seguirá sonando como mantra en las barras de los bares y entre los bocazas ignaros. Ya se ha dicho aquí que el español es menos amigo de las cifras que de sus inerciales convicciones. Recuerdo a un jubilado que me gorroneaba martinis y que dejó de hablarme el día que le comenté, con mi habitual imprudencia, que durante los años de glorioso crecimiento de José María Aznar las pensiones solo subían un 3,7 anual. Mientras el despilfarrador Zapatero las subía un 7 en tiempos de menor bonanza. Al carajo con las cifras. España es grande, libre y una porque a los españoles de bien nunca nos ha salido de los cojones contar con más de un dedo.

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