Rosas y espinas

El PP acosa a Mariano Rajoy

Cayetana_Álvarez_de_ToledoCon esto de la consulta catalana, a Mariano Rajoy, que no quería tener circo, le están creciendo los gigantes. Primero fue la diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo, que largó un tuit diciendo que permitir dicha consulta o bono-loto independentista sin premio "descalifica [a Mariano Rajoy] para seguir cumpliendo su mandato constitucional". Ni más (porque no hay más posible) ni menos. Se puede pedir la dimisión de un presidente con un esputo más alto, pero no más guarro.

Menos agropecuario y más gótico fue el también diputado del PP Eugenio Nasarre, que llamó maricomplejines a Rajoy con esta fineza y donosura: "Ante la coacción, creciente y arrogante, de la Generalitat, muchos ciudadanos de Cataluña no se sienten protegidos, porque la presencia del Estado es demasiado débil". Incluso se atreve a añadir: "Las debilidades de la democracia española no invitan al optimismo".

Si uno se pone pejigueramente exégeta, puede inferir que cuando Nasarre habla de "las debilidades de la democracia española" se refiere a Rajoy, presidente de esta democracia. Y que cuando denuncia que "la presencia del Estado es demasiado débil" alude a Felipe VI, pues nuestro rey es el jefe del Estado "demasiado débil". Y también es el jefe de los ejércitos. A veces paseo por la calle Génova y me huele a tanque.
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Los periodistas más inteligentes han desvelado, y los mucho más inteligentes se lo han callado, que tanto Eugenio Nasarre como Cayetana Álvarez de Toledo son milicianos del ala dura de la gaviota. La que, por el peso de la historia, inclina el vuelo del pájaro hacia la derecha más siniestra. Nasarre fue secretario general de Educación cuando la condesa de Bornos, Esperanza Aguirre, era ministra de ministerio tan incómodo. Cayetana, marquesa de Casa Fuerte, es directora del área internacional de la FAES. O sea, del cortijo ideológico de José María Aznar. Y familia. Y empezó su carrera política como mano derecha del ministro aznarino de Interior Ángel Acebes (recién imputado: ¿será casualidad el cabreo simultáneo de Cayetana?). El mismo Acebes que nos explicó, ante los 192 cadáveres madrileños y los 1.850 heridos del 11-M, que los trenes de Atocha y de El Pozo del Tío Raimundo los destruyó Sabino Arana de un cabezazo, o algo así.

Lo que nos demuestran estos alzamientos internos en el PP, es que lo que estamos sufriendo hoy es la bofetada gaviotera del ala blanda del PP. Imaginaos, ciudadanos y enemigos, cómo será la bofetada del ala dura del doblemente consonante, oclusivo, bilabial y sordo PP si sus tramontanos (que me perdone el viento) alcanzan el poder. "Todos al suelo, que vienen los nuestros", gritaba el ministro franquista Pío Cabanillas cada vez que Manuel Fraga se le acercaba a menos de tres metros. Pues lo mismito.

Mariano Rajoy ha navegado como Dios manda desde el principio de su mandato, incumpliendo hasta las erratas de su programa electoral para tener contento al banquero. Pero no ha sabido mantener satisfecha a su derecha ultramontana, su derecha de la derecha, esa que no se atreve a sacar a su Le Pen español a pasear por las urnas. Ahora esa derecha, con sus marquesas de Casa Fuerte y los valets de sus condesas de Bornos, viene a decirle a Mariano que hay que escuchar a Wagner e invadir Polonia. O sea, Catalunya.

Acecha la derecha de la derecha de la derecha, y no nos damos cuenta de que hasta Mariano viene a ser mejor. Uno se enfrenta mejor a un falso demócrata que a un antidemócrata, como la reciente historia de España nos ha venido demostrando. Un antidemócrata te entierra en las cunetas y un falso demócrata solo te sepulta en la pobreza y el olvido. Ni Esperanza ni Cayetana van a proponer ningún golpe de Estado, pero no por falta de ganas. Es solo una cuestión de márketing. Las últimas tendencias de la moda no dictan nada acerca de elegantes condesas y marquesas enjoyadas con kalashnikov. Pero están ahí. Tan monas, tan monos, tan repeinadas y tan repeinados. Y tan demócratas. Esperando su enésima oportunidad. Y no es imposible que colecten muchos votos. Como ya los empiezan a colectar en Francia, en Holanda, en Grecia y en otros muchos países de Europa. No hay peor esclavo que el que tiene miedo a ser libre, y en eso, camaradas europeos, estamos.

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