Rosas y espinas

Ministro crematorio muerde a entrenador crematístico

 

400px-2_Jorge_Fernández_Diaz_croppedNuestro pío ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, acaba de afearle a Pep Guardiola el gesto de presentarse en último y simbólico lugar en la lista electoral soberanista que promueven CDC y ERC para las inminentes elecciones catalanas de septiembre. "Es bastante triste y lamentable. No se puede estar en misa y repicando", ha señalado el beato con cartera sembrando el campo semántico de margaritas del Opus Dei, del que es tan caro siervo.

Para nuestro ministro, es incompatible y poco español entrenar al Bayern de Munich y presentarse a las elecciones catalanas. "Se quitan la careta, y gente que ha jugado y 500px-PepGuardiolatriunfado en la selección española de fútbol, vemos que iba seguramente no por interés patriótico, sino por interés crematístico, porque hay personas que el dios que tienen es el dinero". Avala al ministro, para decir esto, el hecho de pertenecer a un partido tesoreado por Luis Bárcenas, emporquecido de sobres en negro repartidos sin interés crematístico, y que ha pagado las obras de su sede genovesa en B.

Pero volvamos al delicado tema que hoy me ocupa. Incompatible el ejercicio simbólico de la política con la práctica del deporte, hay que recordar que el PP --lo hacen los periódicos rojos de estos días-- presentó a las elecciones a la atleta Marta Domínguez, al portero del Atleti Miguel Reina, al maratoniano Abel Antón, a la saltadora Ruth Beitia e incluso a un pelotari, de gracia Titín III. Pero eso no era "estar en misa y repicando". Era puro patriotismo. El PP necesita atletas. No en vano, el lema en la intimidad de este ejemplar partido cristiano es coge el dinero y corre. ¿Quién mejor para correr con el dinero que un atleta? No fue errada elección la de un veloz esquiador suizo como Bárcenas alias Sé Fuerte para llevar las cuentas de la gaviota. Pero, ya se ha apuntado aquí, todos estos eran y son patriotas.

54d245b34bdd6.r_1423260970583.19-14-644-336Otra cosa es Pep Guardiola, que entrena al Bayern y cotiza en España. Qué falta de coherencia existencial, teniendo Suiza al lado. Porque si de algo puede presumir Jorge Fernández Díaz es de coherencia. Existencial y espiritual. Mientras asistía a misa diaria, ordenaba pelotear con bolas de goma a unos migrantes que nadaban en el Tarajal, con la intención de que su dios se los llevara pronto. Y se los llevó al fondo de las aguas. Fueron 15 muertos inmediatamente acogidos por el dios del ministro. Ahora están en la gloria.

Y hogaño, tras asistir a maitines, Fernández Díaz acaba de poner un delicado toque de humanidad en la política europea sobre inmigración, criticando el programa europeo de reubicación de refugiados. "En lugar de taponar esas goteras, lo que hacemos es distribuir el agua que cae entre distintas habitaciones. Ese es el programa de reubicación", ha dicho el ministro. Y sus hechos lo avalan. A España le corresponde, según el acuerdo europeo, acoger a 4.200 refugiados. Pero solo está dispuesta a meter en nuestro devoto y caritativo país a 1.300. Esta gente que viene huyendo de persecuciones políticas o religiosas, de hablaciones de clítoris y de otras majaderías, no tiene vergüenza. Son goteras en el piso de Rodrigo Rato, en el diván de Mariano Rajoy y en el confesionario de Jorge Fernández Díaz.

Fernández Díaz inspira su metáfora de las goteras en otro símil de Nicolas Sarkozy, que calificó a los refugiados como "una fuga en el fregadero de la cocina". Esta gente, en lugar de gobernar, tendría bastante más futuro haciendo ñapas.

Cierto es que los franceses, ya que citamos al macho alfa de Carla Bruni, son mucho más sensibles con este tema de la goteras, las fugas en el fregadero o los también llamados refugiados. La alcaldía de Vallauris, en las cercanías de Cannes, acaba de cerrar al público la playa de La Mirandole porque el rey de Arabia Saudí ha decidido refugiarse 15 días en su mansión francesa. Cuestión de seguridad. Hay ciertas goteras y fugas de fregadero que sí merecen atención europea. Aquí, también es cierto, les cierran la playa del Tarajal. Pero desde el otro lado de la pelota de goma.

Mas todo esto son menudencias. La tragedia realmente está en esa candidatura de Pep Guardiola a las elecciones catalanas siendo entrenador del Bayern de Munich. Qué falta de sentido común y de coherencia. Ave maría purísima, ministro. Adoró usted en el Tarajal y en esto de los refugiados un dios crematorio, y no a ese dios crematístico que con tanta piedad cristiana deplora en Pep Guardiola.

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