Rosas y espinas

El terror y las moscas

500px-Bush,_Barroso,_Blair,_Aznar_at_AzoresComo todas las frases hechas, los refranes y los tópicos, aquella también era falsa. El miedo no es libre. El miedo es el antónimo de la libertad. Ahora Europa tiene miedo. De vez en cuando Europa o EEUU tienen miedo. 11-S, 11-M, 13-N. Nuestro miedo moderno se va haciendo un calendario. Imaginemos que en cada aniversario de estas fechas acordáramos darnos una tregua y no matar a nadie. Que eso sucediera en todo el mundo. Seríamos más iguales. Porque hay países, geografías, mapas enteros donde todo el mundo vive todo el día envuelto en miedo. Son lugares que no es necesario bombardear, ni ametrallar, ni incendiar, porque son lugares en los que una mosca ya te puede dar miedo. Sí, una mosca. Una mosca se puede acercar a un niño. Hay lugares en el mundo donde la vida de un niño corre peligro cuando se acerca una mosca. Dengue, fiebre amarilla, paludismo, leishmaniasis, encefalitis de la garrapata, turalemia, tripanosomiasis. Son lugares en los que no es necesario un cinturón explosivo para causar pavor. Basta el vuelo de una mosca.

Vosotras, las familiares
inevitables golosas,

vosotras, moscas vulgares
me evocáis todas las cosas.

Este viejo poema de Antonio Machado, que aquí en este París asesinado de hoy sonaría ingenioso y hogareño, en Africa sería un poema de terror. A veces allí, si se te acerca una mosca, se acaba la vida. Suele suceder a pesar de que al lado de esas moscas asesinas, peores que los bombardeos, hay destacamentos militares de París en las cercanías. De Londres. De Madrid. De Washington. Malditos destacamentos militares y malditas moscas.

Nos extrañamos del terror, como si no existiera, Pero sí existe. Sigue ahí, lo que pasa que nos creíamos que alejándolo desaparece. Y no desaparece. El terror vuelve, como las moscas. No vale cerrar las fronteras. Francia había suspendido el tratado de Schengen durante un mes precisamente para evitar atentados como el de este viernes 13. Se ha demostrado que no basta con recortar la libertad para combatir el horror.

descargaNo hace nada, Tony Blair reconocía que la invasión de Irak había sido un error. Que no existían aquellas armas de destrucción masiva que justificaron la masacre. Allí hubo un millón de muertos. EEUU, Gran Bretaña, España y Portugal soltaron la mosca. En la Cumbre de las Azores se acordó exportar el terror. Pobrecito Blair, que el otro día admitía que aquella guerra ilegal (contra mandato de la OTAN) fue el germen de este Estado Islámico que hoy nos tiene declarada la guerra. Es absurdo condenar el terrorismo cuando tú lo practicas como deporte. Ni George Bush ni José María Aznar ni Tony Blair ni José Manuel Durao Barroso han sido juzgados por la masacre de 2003. Es por donde deberíamos haber empezado para que hoy la Torre Eiffel y el Louvre permanecieran abiertos. Los criminales no habitan en lejanas montañas, ya lo dijo el hombrecillo insoportable del bigote. Los más afamados criminales tienen casa en el centro de París. Dan conferencias, cobran millones, y vuelan en libertad, como las moscas. Expandiendo su dengue, su fiebre amarilla, su paludismo, su leishmaniasis, su turalemia, su tripanosomiasis y su avaricia. Que es en la palabra en la que hay que buscar el origen de este asunto. De este horror. De esta tristeza.

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