Rosas y espinas

El PPijo arrepentido

55642f665fa3bEntre las heteróclitas y más universales maravillas que nos ha traído el 15-M, la más impactante y pos millenium no ha sido la eclosión de Podemos, ni el delacroixismo de la Plataforma Antidesahucios, ni los quejíos rockero-fláuticos de Nacho Vegas. Yo me quedo, sin dudarlo, con la epifanía del PPijo arrepentido Marcos Benavent. Este prodigio de la genética neopolítica es un especimen irrepetible y solo comprensible en España. Ni Joseph Mengele hubiera osado acariciar el sueño de transformar a un saqueador de lo público, y menos del PP, en el querubín de blancos rizos alados que es hoy Benavent. Cayóse del rocín cegado por la Puerta del Sol, como Saulo de Tarso, y hoy es el apóstol más entregado de la Teología Anticorrupción.

568e6505951f6La política española está cambiando, la ética española está cambiando, España entera está cambiando y yo no sé que otro prodigio o señal telúrica tiene que alborear para que nos demos por enterados. Primero fue la llegada del Pequeño Nicolás con su luciferismo niño y trepa, después la princesa corrompida por amor (como en los cuentos sin sapo que besar), y ahora irrumpe en nuestro evangelio cotidiano un corrupto del PP arrepentido, seráfico, y dispuesto a cantar arcangélicamente La Taulata y a responsabilizarse de sus delitos, inundando con su karma cósmico el ecosistema penitenciario español. Parece una película de Julio Medem cuando se le pinza mucho la mística.

FRAGAEsta llegada del mesías PPijo que se sacrifica para redimir al partido la teníamos que haber previsto hace tiempo. Al fin y al cabo, el PP fue fundado por un gallego, Manuel Fraga. Y ya se sabe que los gallegos somos tendentes al sortilegio, a la nigromancia y a la hechicería. El mismo Fraga obró sobre sí mismo no modesto ensalmo, metamorfoseándose de franquista a demócrata de toda la vida en menos de lo que tarda en expirar un dictador.

pabloiglesiasLos buenistas pensaban que la salvación de España vendría de un personaje limpio y ateamente acristianado, cual Pablo Iglesias, que al fin y al cabo es un cura progre que lleva la guitarrita a los mítines y a sus sustitutos contemporáneos, los platós de televisión. Los más maleados anhelaban la epifanía de un Mahoma aseadete de ciertos rasgos conservadores, cual Albert Rivera. Pero España ha parido a desmano, como María. El nuevo Mesías que anuncia el cambio de los tiempos no ha sido alumbrado en ninguna plaza revolucionaria, ni en la lucha diaria por la unidad de España y porque todos los niños tengan derecho a beber la misma marca de coca-cola. El Nazareno español del siglo XXI ha nacido en el portal del PP, no en la pobreza pero sí en la inmundicia, y con un pecado original muy gordo a sus espaldas.

Al final, Benavent entrará en la cárcel de Soto del Real y una mañana nos enteraremos de que ha aparecido crucificado en el módulo. Eso sí, no descartemos más milagros póstumos, pues hablamos del PP. No sería de extrañar que este nuevo Mesías resucitara, como el otro, a los tres días. Seguramente en cualquier lujosa cueva de las Islas Caimán, Delaware o así.

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